06

591 38 0
                                    

Part I

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Part I

Me sentí revitalizada tras tomar un baño y tener algo de alimento en mi estómago. Quería seguir durmiendo y al mismo tiempo quedarme despierta a ver algo de televisión. Quizá si convencía a Sang-Woo podría prestarme su móvil y jugaría un rato cualquier cosa que se atravesara primero por la tienda de aplicaciones.

Sin embargo, mientras cepillaba mis dientes —por milesima vez en el día seguramente— me hallé sonrojada cuando creí que esta podría ser una buena oportunidad para romper el hielo.

Al salir, se escuchaba el murmullo de la televisión y no había en realidad mucha luz excepto por la lámpara en la mesita de noche y la del electrodómestico. Afuera se escuchaba la ligera caída de la lluvia que cubrió la ciudad y la verdad, es que jamás me sentí tan nerviosa como en ese instante lo hice.

Las manos me temblaron y conformé me fui quitando cada botón de su camisa al acercarme, mi corazón pareció latir con más y más arritmía dentro de mi pecho, mi mente bloqueándose ante las posibilidades. Quizá seguro me estaba precipitando demasiado y la otra parte, me dijo que este era mi trabajo, que era mi deber después de todo lo que hizo por mí, porque nada era gratis y esa era mi función... complacer.

Pronto robé su atención, justo cuando el último botón me permitió deslizar la prenda por mis hombros con lentitud. Sus orbes me escudriñaron con detenimiento, clavándose en la forma de mis senos. Abrió la boca para decir algo pero no lo hizo y yo, a pesar de que sabía bien lo que podía ocasionar y generar en un hombre, me sentí flotar al ver que le gusté así, desnuda.

No llevaba nada más que mis delicadas bragas que me quedaban aún de maravilla. Me acerqué al acolchado con las mejillas calientes, con un nudo en el estómago y muchas expectativas. Me moví a gatas, tentándolo, acomodándome con las manos y las rodillas bien firmes en el colchón a cada avance. Tuve que decirme a mí misma que era un cliente como todos los demás, pero allí había un enorme problema... Sang-Woo no era nada idéntico a los demás.

Él era mi ángel guardian, mi brillito de esperanza, quien me sacó del hoyo.

Se me cortó la respiración y tuve que sonreír para él con una sensualidad que me salió de no sé dónde. No esperaba que me fuera a responder ese gesto, cautivado, embelesado, recibiendo mis manos que subieron hasta su rostro para sacarle las estorbosas gafas.

Él tenía un rostro de ensueño para mí. Era especialmente atractivo; con esos ojos llenos de inteligencia y astucia, con esa boca encantadora y su nariz recta, esas líneas por la edad que se le dibujaban y la fuerza de su mandíbula... Dios, él me encantaba.

Nunca había querido tanto eso. Jamás deseé tanto que me tomaran. A pesar de ser yo quien estaba iniciándolo, quería que notara que él mandaba, que yo podía ser para él todo lo que él quisiera; su dicha, su tesoro, su puta o su mascota. Podía serlo, quería serlo.

𝗽𝗹𝗮𝘆𝗴𝗿𝗼𝘂𝗻𝗱 || Cho Sang-WooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora