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Narra: Nahoya Kawata.
Mi alegría duró poco, tanto tiempo despierto y rogando por que sou despierte Y LO PRIMERO QUE DICE ES EL MALDITO NOMBRE DE RINDO, NO ME JODAN.
—– Ejemph... Rindo no está aquí, sou, pero no te preocupes por él, ahora me tienes a mí.—– Dije orgulloso.
Souya negó levemente, que hijo de su madre.
—– Él no vendrá, mejor charlemos un rato.—– Sonreí autosuficiente, mantendré el tema de rindo lejos de mi hermano.
—– Rindo.—– Susurró de nuevo, comenzó a llorar.
—– ¿P-por qué lloras? ¿Qué te ocurre, sousou?—– Pregunté alterado, no entiendo que quiere decirme—–. Ya te dije que rindo no está, deja de llorar por favor.—– Sequé sus lágrimas pero seguían saliendo.
Souya intentó hablar pero su voz no quiso salir, intenta moverse pero apenas si logra mover sus pies, no entiendo ¿Qué le pasa?
—– So-souya, no me asustes, deja de llorar.—– Le rogué pero siguió y siguió.
Su llanto me enloquece, necesito que hable de una maldita vez.
—– ¡Ya basta, souya! Rindo no vendrá a verte aunque grites y patalees, deja de actuar como un idiota y préstame atención, ¡rindo no va a volver!—– Solté por el estrés.
Al menos dejó de llorar, me miró sorprendido en cuanto le dije eso, pero es verdad, rindo no vendrá, no puede...
Una enfermera entró al lugar, seguramente se alertó por los gritos.
—– Señor, debe salir de aquí, el paciente tiene que descansar, más tarde podrá verlo.—– Me tomó del brazo.
—– Sé caminar perfectamente.—– Me solté de su agarre y salí de ahí.
Tal vez lo que pasa es que alguien más debe hacerse cargo de souya, yo debo dormir un poco y volver a comer, no lo digo por malo, pero siento que ya es demasiado de lo que puedo soportar.
Caminé hasta salir del hospital, respiré profundo al ver el hermoso día que me estoy perdiendo, ando molesto pero no dejaré que eso me arruine el día. Llamé a ran para que se quede con souya mientras yo arreglo la casa, intento hablar pero le corté de inmediato, hace una semana que no vuelvo y debe estar hecha un lío bárbaro.
Seguí mi rumbo, el estar tanto tiempo ahí metido me volvió sensible a los ruidos fuertes, que completa mierda.
Me pasé todo el trayecto maldiciendo y pateando todo lo que estaba a mi paso, botellas, papeles, bicis y niños, casi llegando a la esquina de la cuadra de mi casa, me choqué con alguien y por desgracia tiré todo mi mal humor sobre él.
—– ¡¿Por qué carajos no te fijas por donde vas?! ¡¡La regalada concha de tu abuela y la puta que te parió!!—– Grité molesto.
—– No me grites, naho.—– Habló ran, él fue el desgraciado que se puso en mi camino.
—– Ran... Disculpá, estoy de muy mal humor.—– Hice una leve reverencia, seré cabrón pero con respeto.
—– Me di cuenta, ¿Ibas a tu casa?—– Me preguntó de la nada.
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Libros
FanficÉl lee historias en la biblioteca. Quien lo observa de lejos, piensa en toda la vida que podrían pasar juntos. - Los personajes no me pertenecen, son propiedad de ken wakui. - La historia está basada fuera del manga/anime, los personajes están vivos...