ꜥ ⩇⩇ : ⩇⩇偪; 【SUDNO】⸝⸝ 𝐆𝐨𝐣𝐨𝐡𝐢𝐦𝐞
🦷﹟ ⋮ ❛ La mágia de la vida radica en que si
la comparas con la eternidad, tu existencia
durará solo segundos. No eres un hecho
unico, eres solo una casualidad matemática
entre millone...
Últimamente he tenido mucho tiempo pensando, como esos instantes donde tienes tantas ideas en tu cabeza que no sabes ni siquiera donde estas. . .
Dime Utahime.
¿Podrías recordar como nos conocimos?
¿Todavía tienes ese momento en tu memória?
Porqué yo si. . .es un instante que jamás podre sacar de mi cabeza.
La gente comenta que las cosas pasan por algo, por una mágia lejana a nuestra compresion.
Creía que era ridículo, algo patético, un efecto placebo para las mentes débiles ¿Sabés por que?
Porqué nunca lo había experimento.
Yo núnca había creído en eso del destino.
. . .Hasta ese instante.
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3 de Enero del 2006 Tokio, Japón.
Lo primero que vio atravez de su ventana fue el sol iluminando con magnificencia hasta el rincón más aledaño de aquella metropolis, sintió esos rayos calidos sobre su inmaculado rostro, viajando con elegancia a travez de las cortinas blancas de aquélla lujosa casa, ahogando aquella elegante habitación en mil colores.
Sintió como sus ojos en tono como la miel de a poco se adaptaban a la claridad de aquél astro padre, mientras su organismo se preparaba pará un nuevo dia, activando todos sus sentidos.
Era un fresco lunes por la mañana, sentía la brisa fresca llenar sus jóvenes pulmones mientras de a poco dejaba el confort de su colchón.
Su mirada viajo hasta el reloj que tenía junto a su cama, en aquél cajon de madera.
06:30 AM
Tenía la hora justa para arreglarse de forma pulcra y tener el mejor desayunó, aunque para estudiantes de su misma edad, aquella hora podía resultar ser muy un martirio común, su corazón declaraba otros sentimientos: Un estallido de puras emociones.
Iori Utahime había nacido en el círculo de las sagradas dinastías, teniendo bajo su nombre toda la posición de una princesa real, siendo prácticamente hija de uno de los credos más sagrados en su religión, con una existencia bañada en lujos mundanos.
Viviendo hasta ese momento en aquél enorme palácio oriental, jamás había tenido la oportunidad de congeniar con chicos de su edad, mas lejano a las Mikos que le servían con toda la atención, plebeyas que no tenían el derecho ni de dirigirle la mirada amenos que fuera pará satisfacer sus demandas.
Su familia siempre la mantenía oculta del mundo exterior, como si sus huesos fueran de puro cristal, tan fragiles como un papel, que se derrumbaría y apenas una suave brisa lo golpeé.
