── kiss me !

¡ dos !

A la hora de la salida Jeongin esperó afuera de la escuela por su mejor amigo, quien aún no salía de su clase, se había puesto a jugar con una piedra que había encontrado en el suelo, rodándola con su pie para luego patearla lejos de él y miraba la puerta, deseando a qué milagrosamente su castaño amigo saliera.

— ¡Innie! —y como si alguien allá arriba lo hubiese escuchado, apareció el mayor, llamando su atención— No te hice esperar mucho, ¿verdad? —dijo una vez llegó con el menor.

Jeongin sólo negó y ambos jóvenes comenzaron a caminar en un silencio bastante cómodo, ninguno decía nada pero sabían que no importaba, se sentían bien así, al llegar a la casa del rubio, se quedaron afuera un rato sin saber qué hacer.

— ¿Q-quieres pasar? —dijo el menor algo tímido. Lo cual era tonto, pues el castaño ya había visitado incontables veces su casa—. Mi padre no vuelve hasta tarde, p-podremos ver una película.

Hyunjin hizo una mueca, pensando en sí era buena idea. Después de un rato asintió. Jeongin sonrió y se puso a buscar sus llaves, al encontrarlas las metió en la cerradura y entraron a la casa.

— Siéntate, sabes que estás en tu casa —habló Yang, dirigiéndose a la cocina para preparar algo de palomitas—. Escoge la película que quieras.

El castaño hizo lo que el menor le pidió, buscando alguna buena película que ambos disfrutaran ver. El rubio era muy miedoso así que descartó las películas de terror, por lo que decidió que verían una comedia romántica, después la metió en el DVD y se dirigió a la cocina donde se encontraba Jeongin revisando su celular mientras esperaba que las palomitas se hicieran.

— ¿Quieres que te ayude en algo? —habló el castaño y Yang dio un pequeño salto, guardando el aparato en el bolsillo de su pantalón.

— Mhm, ¿puedes llevar la soda a la sala? —dijo el menor después de pensar un poco. El mayor asintió y buscó en el refrigerador las bebidas para después llevarlas y dejarlas en la mesa de centro

No hizo falta volver, pues Yang ya llevaba las palomitas en un tazón. Tomó asiento colocando este en medio de ambos para que pudiesen agarrar. Hyunjin le dio play a la película y esta comenzó.

Ninguno decía nada, sólo disfrutaban de la película. A ambos le gustaba la comedia romántica por lo que al menor no le importó mucho la elección del castaño. Era su favorita de hecho, la había visto incontadas veces que podría jurar que se sabía los diálogos de memoria.

— Creí que no te gustaba esta —habló Jeongin, rompiendo el silencio que se había creado, sin despegar la vista de la televisión. Hyunjin se encogió de hombros.

— No es mi favorita pero puedo verla —dijo sin interés—. Además sé cuánto te gusta.

El rubio quiso reprimir una sonrisa. Ninguno volvió a hablar, siguieron mirándola y de vez en cuando agarrando palomitas.

Cuando Hyunjin iba a tomar otro puñado de palomitas, se encontró con la mano de Jeongin, ambos se voltearon a ver sólo por un momento, hasta que el mayor decidió romper el contacto algo nervioso, sacó la mano del tazón y siguió viendo la película.

— Hyunjin —llamó la atención del aludido.

No, ¿qué mierda haces?; se dijo el rubio a sí mismo.

Hyunjin aún nervioso hizo un sonido con la garganta para que supiera que lo estaba escuchando.

— Bésame —habló en un susurro, mirándolo.

Hwang abrió los ojos de par en par, sin creer lo que acababa de escuchar.

De acuerdo, él ha estado permitiendo esto y claramente no era la primera vez que se lo pedía. Pero, ¿debería seguir cediendo? ¿estaba bien? Ellos son amigos, ¿no? Hyunjin a estas alturas ya ni sabía.

El castaño debía admitir que sí, se había encontrado a sí mismo disfrutando de besar los labios de su... lo que sea que fuera. Sin embargo, este creía que definitivamente se le estaba yendo de las manos.

No había ningún movimiento de parte del mayor y Yang comenzaba a pensar que se estaba aprovechando.

— ¿Podemos olvidarlo? Yo... —ni siquiera pudo terminar la frase, en un abrir y cerrar de ojos se encontraba sobre el castaño y este último estampó sus labios sobre los del menor. Jeongin no lo pensó dos veces y correspondió el beso.