¡ ocho !

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Las vacaciones de verano estaban a sólo unas horas de empezar y Hyunjin no podía esperar un segundo más. Comenzaba a desesperarse, las clases para colmo iban más lento de lo que pudo haber deseado alguna vez. Literalmente Hwang observaba el reloj que se encontraba sobre el pizarrón, sin perderlo de vista ni un segundo, viendo cómo las manecillas giraban haciendo eco en el aula.

Para la última clase, Hyunjin se encontraba mucho más concentrado viendo la hora mientras la profesora Zhou no dejaba de hablar sobre quién sabe qué, aburriendo a los alumnos, quienes sólo deseaban salir de aquel infierno.

Pronto el timbre comenzó a sonar, dando por finalizada la clase, y trayendo con ella, el comienzo de las vacaciones. Los alumnos sin decir más, tomaron sus cosas y comenzaron a salir del aula, alegres de que otro ciclo escolar haya finalizado.

Hyunjin salió junto a sus amigos del salón, platicando animadamente.

— ¿Van a hacer planes en las vacaciones? —inquirió Chan.

Luego de pensarlo un poco, los demás chicos negaron mirando al pelimorado, sabían que algo planeaba.

— ¿Qué tienes en mente? —preguntó ahora Hyunjin, mirándolo expectante.

Bang sonrió de oreja a oreja.— Unos amigos irán a la playa, ¿quieren ir?

Hyunjin amaba a los amigos de Chan, pues harían algo divertido en el verano a pesar de que seguro sólo irían un par de días.

Todos asintieron y comenzaron a planear; se irían el sábado pro la madrugada para llegar temprano y regresarían más o menos el lunes o martes. Incluso iban a invitar a los novios de sus amigos, por lo que Hyunjin no se quedó atrás, decidiendo que invitaría a su amigo.

Hwang se dirigió a casa solo, pues ya no había encontrado al de cabellos rubios, por lo que supuso que ya se había ido a su casa o estaba con sus amigos. Al llegar, saludó a su mamá y subió escaleras arriba, dejando su mochila en la cama, para después acostarse boca abajo. Estaba feliz, ya que al fin se había librado de tareas, proyectos y exámenes escolares que pudiesen estresarlo.

¡ ☁︎ !

Jeongin se encontraba en su habitación con su portátil cuando escuchó su móvil sonar con un sonido diferente al de sus demás contactos, en seguida supo que era su amigo de cabellos castaños, lo tomó entre sus manos y entró al chat que tenía con su mayor.

Jin ♡:

Hey.

¿Tienes planes para este fin de semana?

Innie ♡:

¿Por?

¿Tienes algo pensado?

Envío el mensaje para después seguir concentrado en su computadora, la respuesta de Hwang no tardó mucho en llegar.

Jin ♡:

¿Quieres ir a la playa?

Los amigos de Chan lo invitaron, así que nosotros vamos a ir también, ¿qué dices?

El rubio hizo una mueca. La última vez que salieron con los amigos de Chan no terminó bien, no le traía buenos recuerdos. Y como si el castaño le leyera la mente, volvió a enviar otro mensaje.

Jin ♡:

¿Por mí? )):

Yang suspiró pesado, agradeciendo que su amigo no pudiese verlo en ese momento, por lo que terminó accediendo, y sin pensarlo dos veces, comenzó a empacar. No estaba seguro de cuando iban a volver así que terminó guardando ropa de más. Al caer la noche, el rubio cayó rendido en los brazos de morfeo.

Cuando despertó debido al molesto sonido de la alarma, la apagó y talló sus ojos con ambas manos hechas puños, para después levantarse de mala gana, dirigiéndose al sanitario para así asearse. Algunos minutos después, salió y comenzó a vestirse; vaqueros rasgados, camisa negra, buzo del mismo color y tenis blancos.

Tomó sus valijas, su móvil, las llaves y fue escaleras abajo, donde esperaría a los demás chicos. Al salir, cerró la puerta detrás de él cauteloso, evitando despertar a su padre. No supo cuanto tiempo estuvo sentado en la acera, sin embargo, al cabo de un rato, llegó una furgoneta donde vio bajar a su castaño amigo.

— ¿Listo? —habló el mayor cuando llegó en frente del rubio, dándole un pequeño beso.

Jeongin se quedó atónito y asintió una vez se hubo recuperado de este, sentía las mejillas rojas.— Nos van a ver —se quejó en un susurro.

Hyunjin no pudo evitar reír leve y tomó las cosas de Yang, llevándolas a la cajuela del auto.— Ya nos han visto, no tienes de qué preocuparte —contestó como si no fuera la gran cosa, sonriendo de lado y guiñándole un ojo.

¿Qué? ¿Visto? ¿Ellos? ¿Cuándo?; se preguntaba Jeongin.

Fue una clase de consolación, pero Yang comenzaba a pensar que era todo lo contrario, que Hyunjin intentaba burlarse de él.

Sin decir más, se acercaron al auto y cuando estuvieron listos, emprendieron su camino. El carro iba en un silencio incómodo, o eso pensaba Jeongin que, aunque la radio estuviese prendida, tenía un volumen bajo que sencillamente podía escuchar su corazón acelerarse tanto que no le extrañaría que alguien lo escuchara.

La razón era sencilla, debido a que la furgoneta no era tan grande para que los ocho jóvenes se pudieran sentar libremente, Yang se encontraba ahora sobre el regazo de Hyunjin.

Mientras más lo pensaba, sabía que no debería estar nervioso, pues ya se había sentado sobre el mayor anteriormente, pero de alguna forma se sentía como si fuese la primera vez. Incluso no apoyaba todo su cuerpo, pues tampoco quería lastimar al mayor con su peso.

Pronto sintió unas manos sobre su cintura que lo acercaban al pecho del castaño, su ojos se abrieron de par en par.

— No te ves muy cómodo —susurró el mayor cerca de su oído.

Yang sintió una corriente pasar por su espina dorsal.— Estoy bien —habló en un susurro también, intentó moverse hacia el frente de nuevo pero el agarre en su cintura se intensificó.

— No pesas nada, Innie —intentó tranquilizar al aludido, quien suspiró pesado y asintió rendido.

Yang odiaba ser tan débil cuando se trataba de Hwang.— No quiero lastimarte, Jin —se excusó.

— No te preocupes por mí, me importas tú —dijo y colocó su mandíbula sobre el hombro del menor.

El día apenas comenzaba pero, en menos de una hora, se había sonrojado dos veces y ambas eran debido a su amigo de cabellos castaños que se encontraba abrazándolo.

Iba a ser un largo viaje.

── kiss me !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora