Grandes máquinas listas para la guerra, acero chocando. Escuadrones listos para el despliegue, ¿y quiénes creen que estarán en el frente?, ¿profesionales? Mucho presupuesto, mejor adolescentes nerviosos dispuestos a hacer lo que sea por un fin.
Pero...
¿Cuál es el fin?
Todo comenzó hace un par de meses, cuando interrumpieron la programación navideña en todos los canales para dar un mensaje en cada rincón del planeta.
—Habitantes del mundo, les habla el secretario de la OSM (Organización de Seguridad Mundial) hoy vengo a darles un aviso. Primero, el mundo está al borde del colapso —anunció como si fuera un tema sin importancia. —Pero, se creó un proyecto llamado SALVATION. Diez naves que serán las encargadas de llevar a dos terceras partes de la población mundial al sistema Alfa Centauri. Eso es todo lo que diré hoy.
Una vez el secretario dijo eso, se volvió a la programación anterior. Esos pocos segundos pudieron causar un gran desastre, pero por suerte todo siguió tranquilo por un mes más hasta que en todas las calles empezaron a aparecer panfletos de un curso de capacitación llamado "Curso de Tripulación". Nadie le dio mucha importancia a excepción de unas doce mil personas en todo el mundo. La semana siguiente nuevamente cortaron la programación regular como a las cuatro de la tarde. Pero esta vez no era el secretario hablando para todo el mundo, era el presidente de nuestra nación.
—Ciudadanos de la nación, hoy les hablo personalmente para informarles que los boletos de las diez naves acaban de lanzarse a la venta, para obtenerlos, los jóvenes menores de veintitrés años podrán inscribirse al nuevo Curso de Tripulación. Si aprueban el curso conseguirán automáticamente los boletos, además se volverán parte de la tripulación del Dynasti y al terminar el curso obtendrán rangos militares que mantendrán en el otro planeta. Para los que no quieran hacer el curso el precio de los boletos será de diez millones de créditos, en el mundo solo un 11% de la población puede permitirse dos boletos, así que dependerá de ustedes. Más adelante se crearán iniciativas para menores de cincuenta años, pero por el momento solo hay dos opciones. Eso es todo.
Sorprendido me recliné en el espaldar del sofá y me dirigí las manos a la boca.
—No puede ser... No permitiré que mi madre se quede en este planeta —suspiré antes de correr a mi habitación.
Abrí rápidamente mi ropero y me coloqué lo primero que agarré. Salí corriendo a tomar un tranvía al centro y cuando por fin estaba de camino, empecé a sentirme invadido por los nervios. El tranvía estaba repleto de jóvenes, todos parecían querer ir a inscribirse, así que se empezó a sentir una cierta tensión en el ambiente. Una vez paró en la estación del centro, salí corriendo sin mirar atrás con dirección a un puesto de inscripción por el que había pasado el otro día. Con las zancadas largas que di todo el camino logré llegar primero, pero aun así al girar en la esquina descubrí que la fila era increíblemente larga. Fácilmente, me quedaría hasta la noche ahí parado, afortunadamente traía mis lentes inteligentes.
—Llamar a mamá
Empezó a sonar el teléfono de mi madre y me contestó casi inmediatamente.
—Hijo, ¿qué pasó? —preguntó preocupada porque rara vez la llamaba de repente.
—Nada mamá, solo llamé para avisar que ahora estoy en una fila con al menos doscientas personas delante de mí. No creo llegar hasta la noche. —avisé preocupado porque me haría irme.
—¿Es por lo que el presidente dijo hace unos minutos, cierto hijo?
—Sí mamá, tengo que entrar. Sabes que lo lograré —contesté confiado.
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Erythros: Curso de tripulación (reescribiendo)
Fiksi IlmiahGrandes máquinas listas para la guerra, acero chocando. Escuadrones listos para el despliegue, peligro constante de histeria colectiva y los que tendrán que lidiar con todo eso son adolescentes. Entre el grupo de adolescentes estoy yo, Darius. Un ch...