34.

1.1K 163 36
                                    


Atentado.

Miso le había agradecido a su alfa por el viaje y todas las sorpresas, sintió que fuera de Corea pudo descansar más a gusto sin tener que preocuparse por enemigos invisibles, el clima era bueno, la comida deliciosa y la compañía irremplazable porque si, Jungkook le dio toda su atención, no estaba interesado, no contesto ninguna llamada del trabajo y mantuvo los ojos en él, de cierta forma se sentía egoísta porque sabía que el trabajo de su alfa era demandante e importante pero ese sentimiento se le pasó con rapidez al verlo cocinar para él, cada vez que le besaba las mejillas con devoción y le compraba ropa bonita, habían sido días preciosos y quería seguir estando allí pero no quería pasar la navidad lejos de Hoseok, según había entendido esa era una fecha importante para los humanos,—bueno, algunos— así que pondría un árbol de navidad y decoraria todo el lugar a su gusto.

Jungkook revisaba los informes de cada área mientras que una de sus manos había hecho una casa en la cadera de Miso, quien dormida con placidez en su asiento a su lado, faltaba poco para llegar y había dormido durante casi todo el vuelo, a alfa no le preocupo, en cambio estaba tranquilo de que pudiera descansar y no se pusiera molesto o ansioso por la llegada, cada tanto le echaba un vistazo para corroborar que todo estuviera bien. Sus cabellos desordenados, sus labios rosas abultados en un puchero y sus manos juntas, cubierto por una manta negra que Jungkook solía usar para impregnarla de su olor y ponerla en el nido, era tan precioso que tenía el impulso de despertarlo para morderle las mejillas blancas y escuchar sus preguntas incesantes pero no lo haría, lo dejaria descansar tuvieron un luna de miel bastante fogosa.

Unos minutos después la aeronave ya estaban próximos al aterrizaje, en una sección más privada y aunque el alfa intentó despertarlo para que se acomodara el omega no quiso hacerlo, Jungkook le abrocho el cinturón hasta que llegaron. De nueva cuenta quiso despertarlo pero Miso alegó estar muy cansado y no abrió los ojos pese al esfuerzo de su pareja.

“Buenas noches jefe, bienvenidos” Hoseok le sonrió de forma amable tomando las maletas pero un agente de aduanas entró al lugar presentándose como Lee Yunmen, era costumbre que los inspectores se acercaran para requisar de cierta forma ya que lo millonarios excéntricos solían traer drogas consigo en sus aviones privados.

“Todo está en orden señor Jeon ¿le gustaría que lo ayude?” preguntó sonriendo asquerosamente ancho.

“No es necesario, si ya hizo su trabajo puede retirarse”

“Lo puedo cargar y enviarlo a su casa en un taxi” dijo refiriéndose al omega que dormía y Jungkook frunció el ceño, era costumbre que los empresarios llevarán personas en sus aviones para divertirse y estos agentes a veces se unían a la diversión pero Miso no era esa clase de omega, de hecho era el tipo de omega al que no se le podía mirar por más de unos segundos.

Lee estiró el brazo con intención de tocarlo pero Hoseok interpuso su mano a lo que el beta lo tomo por la muñeca y con brusquedad la soltó lejos para cumplir con su cometido, Jungkook dejó escapar un fuerte gruñido sus ojos iluminando en carmín.

No” espetó en voz de alfa.

El hombre quedó petrificado.

“A los omegas no se les toca.” Jungkook se le acercó hablando entre dientes, una ira descomunal se instauró en su pecho decidió mostrar los colmillos, no iba a tolerar esa clase de comportamiento y menos en los dos omegas. “A ningún omega que esté bajo mi cargo y menos a mi omega” Iluminó más sus ojos solo pensando en la idea de que ese sucio hombre tocara a su omega, le asqueaba y le daban ganas de degollarlo con sus dientes y verlo desangrarse.

Su lobo comenzó a manifestarse inundando la cabina con las feromonas molestas del alfa, sus manos comenzaron a temblar porque quería matarlo, su instinto le decía que debía hacerlo, hasta que Hoseok se interpuso en medio de los dos. “Jefe, Miso está aquí” le recordó y el alfa hizo que el omega pelirrojo bajara para luego tomar a Miso entre sus brazos de forma protectora no sin antes gruñirle a todo aquel que se atravesaba por su camino, la calefacción el auto los recibió al igual que Dawn con un asentimiento de cabeza.

JIAN-Kooktae-SSSS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora