Capítulo 21

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•|25 de octubre de 2020, Portimao, Portugal|•

Carlos

Me niego en rotundo en cuanto Caco me informa de quién es la modelo que me acompañará en la estúpida pasarela en la que me obligan a participar.

- Ni hablar. No. Olvídalo, Oñoro - gruño secándome el pelo con la toalla.

- No te queda otra, primo - replica por su parte.

- ¿No se la puedo cambiar a otro?

- Son mujeres, no cromos de fútbol, imbécil - me regaña.

- Mira, Caco, no me toques los cojones. Respeto a las mujeres a todas por igual, pero a ESA no. Esa se puede tirar por un puente si quiere - bufo poniéndome una camiseta de McLaren.

- Hablas como peque, me asustas - bromea ganándose una mirada asesina mía. - Cálmate, hombre.

- ¿Que me calme? - Casi grito, a punto de perder los nervios. - Tú sabes perfectamente lo que me hizo, el daño que me causó. No puedes pedirme que esté con ella toda la puta noche y que me sea indiferente - murmuro sentándome en la cama y tapándome el rostro con las manos. - No puedes pedirme que me pase toda la noche junto a la persona que me destrozó mientras debería estar en casa, con las tres chicas que más amo en el mundo.

Escucho el suspiro de mi primo y luego siento cómo se pone a mi lado y me da una palmada en la espalda.

- Ni siquiera tenéis que hablar, Carlos, sólo recorrer la pasarela, ir a la fiesta y luego ir cada uno por su lado - me intenta tranquilizar. - Entiendo que sea duro para ti, pero ahora estás con Allison y deberías haber pasado página con Raquel hace mucho.

- Y pasé página - intento convencerme a mí mismo más que otra cosa, pero fracaso.

- Pues entonces, no veo el problema con que ella sea tu acompañante esta noche - declara Caco, dando por finalizada la conversación.

°°°

Suspiro nervioso y me paseo de un lado a otro, sin poder relajarme. No estoy mentalmente preparado para enfrentarme a Raquel, ni siquiera después de todos estos años. ¿Cuánto hace ya de aquello? ¿Tres años? A este paso moriría con esa herida abierta.

Lando se acerca a mí después de haber estado charlando animadamente un rato con la modelo que le acompañará a él. Llega sonriente y yo no puedo devolverle más que una sonrisa torcida.

- ¿Qué te pasa? Estás muy serio - dice nada más ver que no le saludo efusivamente, como suelo hacer.

- Digamos que... No me gusta mi modelo - murmuro apartando la mirada.

- Ni que te fueras a casar con ella - se ríe el inglés. - La que me acompaña a mí es muy simpática - comenta con su inocencia saliendo a relucir.

- ¿A mi hermana le parece eso bien?

- Es lesbiana, así que me preocupa más que me robe a Irene - comenta mi amigo haciendo una mueca bastante graciosa, provocando que me ría.

- Te la cambio, entonces - propongo medio de broma.

- ¿Qué te pasa con tu modelo? Ni que tuviese... Yo qué sé, tres pezones, o seis dedos en una mano. ¡O solo un ojo!

- Es mi ex, Lando - atajo rápidamente, incómodo con la situación. - Sólo me quería por el sexo y la fama y siempre que yo quería formalizarlo con ella me decía que le "asfixiaba" estar conmigo. Y yo volvía a rogarle una y otra vez... - chasqueo la lengua y suspiro, sintiendo de nuevo esa opresión en el pecho. - Cuando le ayudé a conseguir un trabajo como modelo para una de las mejores marcas de España, me dejó y admitió que jamás me había amado, que me había utilizado todo el tiempo.

¿Me Elegirías A Mí? #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora