•|1 de noviembre de 2020, Imola, Italia|•
Sé que muchos no entienden mi decisión. Sé que Liv y Daniel no ven la situación de la misma forma que yo. Pero lo entiendo, porque no puedo pretender que todos vean las cosas igual que yo.
He perdonado a Carlos por tres sencillos motivos.
Primero, se arrepiente. Lo sé, lo noto. Y si se arrepiente, si ha sufrido por lo ocurrido, ese castigo es más que suficiente. Y sé que se arrepiente porque nos quiere. No se puede fingir ese amor que le pone a las cosas cuando se trata de nosotras. Es imposible fingir el amor que brilla en sus ojos cuando mira Dani, o la sonrisa boba que me regala de vez en cuando. Aunque me haya hundido estos días y haya pensado que todo era una mentira, ¿por qué lucharía por recuperarnos entonces? Él podría haber hecho como Jon, darme por perdida y pedir la custodia de Daniella si realmente le importase. Pero no. Me intentó hablar, me dio mi espacio, me habló de corazón. Me ha recordado por qué confié en él en un principio. Y no necesito más. Tengo la certeza de que me quiere, y su arrepentimiento es la mayor prueba de ello. Además, dicen que el primer y único paso para perdonar a una persona es que se arrepienta.
Segundo, lo amo. Parecerá tonto, pero es así de simple. Y mi opinión personal, la que no espero que los demás entiendan o compartan, es que cuando dos personas realmente se aman, cuando de verdad hay amor, no importa lo demás. Creo que, aunque a veces no sepamos manejarlo, el amor consiste en aprender a hacerlo juntos. Consiste en equivocarse y buscar la forma de hacerlo bien. Porque somos humanos, y erramos. Carlos ha errado besando a su ex. Yo erré cuando se me pasó por la cabeza la idea de que mi vida con Jon era mejor que la de ahora. Nos equivocamos. Forma parte del proceso. Y como la persona madura que intento ser, creo que tengo que saber racionalizar estas cosas. Le quiero, me quiere, somos humanos, somos imperfectos. Los fallos y las discusiones forman parte del camino de la vida.
Tercero, Daniella tiene todo el derecho del mundo de tener a su padre. Esto no necesita más explicación. Podré dudar de si Carlos me quiere o no, pero ¿el amor que siente por Dani? Es indudable. La quiere. Me lo demuestra a cada segundo. Y Dani se merece estar con su padre, pase lo que pase.
Nadie tiene que pensar igual que yo. Nadie tiene que aplaudir mi decisión. Ni siquiera quiero que me comprendan. Sólo que respeten lo que he hecho y me dejen vivir mi propia vida.
Ya está bien de hacer las cosas para complacer a los demás. A partir de ahora voy a pensar un poquito más en mí y un poco menos en quién me rodea y no tiene vela en este entierro. Es mi familia. Yo decido cómo tratarla.
- Oye, Al - me llama Carlos, que desde que ha podido tener a Dani en brazos no la ha soltado. Le miro con una sonrisa y él me devuelve el gesto. - Gracias - susurra estrechando a la pequeña en sus brazos.
- De nada - respondo mirando a mi hija dormir plácidamente en brazos de su padre. - Siento haberte pegado - murmuro recordando el tortazo que le di hace unos días.
- Me lo merecía...
- Tal vez, pero no me gusta la violencia. Perdón.
- No te preocupes, fue una buena dosis de realidad - responde riendo un poco.
Yo me río también y apoyo la cabeza en su hombro. Empiezo a darme cuenta de que, a pesar de todos los días que he pasado llorando, no siento ningún tipo de rencor. He conseguido asimilar lo ocurrido, pensar en ello fríamente, y ahora todo parece tan estúpido...
- ¿Qué tal tu nariz? - Pregunto mirándole, fijándome en su hinchada y enrojecida nariz.
- Duele un poco, pero va bien - dice suspirando.
Beso su mejilla y él me sonríe levemente. Se nota que está cansado. Físicamente por la carrera y mentalmente por toda esta situación. Yo también estoy cansada. Estar separados ha sido muy duro, y regresar ahora es... Raro. Raro en el sentido de que después de todo el drama hemos podido arreglarlo y no entendemos exactamente cómo. Pero estamos aquí, y es lo que cuenta.
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¿Me Elegirías A Mí? #2
FanfictionNo, nunca se me dio bien tomar decisiones. Supongo que es porque nunca me dejaron tomarlas y me enseñaron a dejar que los demás me arreglaran las cosas. Daniella fue mi decisión más bonita. Y él la más acertada. "¿Me daba miedo? Totalmente. Cada vez...