•|26 de noviembre de 2020, Woking, Inglaterra|•
Pego con cuidado en la puerta del despacho del español, y abro al no recibir respuesta. Suspiro al ver que está dormido sobre todos esos dichosos papeles que lo tienen tan ocupado estos días. Me adentro en la habitación frotándome los ojos y apago la luz de la lamparita.
- Carlos, cariño... Vamos a la cama - lo llamo suavemente, moviéndole el hombro.
Él muge débilmente y levanta la cabeza con pesadez, frotándose los ojos y abriéndolos poco a poco.
- ¿Qué hora es?
- Tarde, bonito, muy tarde - respondo en apenas un susurro, tirando un poco de su brazo.
Él se levanta, estirándose, y me abraza, dejándome un poco desconcertada.
- Cuando acabe la temporada me tengo que ir a vivir a Maranello - espeta de pronto.
- ¿Qué? - Me separo de él y le miro a los ojos, tratando de descifrar si es una broma o no. - ¿Estás de coña?
- No, no lo estoy - niega apoyándose en el escritorio.
- ¿Y cuándo pensabas decírmelo? ¿Después de la última puta carrera? - Gruño cruzándome de brazos.
- Cuando las cosas fuesen un poco menos caóticas - responde acercándose a mí y tomándome por la cintura. - Podemos mirar casas, comprar la que nos guste a medias para que así sea tuya también, y... Bueno, mi contrato con Ferrari es de dos años, así que prometo que no habrá más mudanzas en todo ese tiempo.
- No estoy segura, Carlos - murmuro agachando la mirada.
Él suspira sonoramente y me sienta sobre el escritorio, colocándose entre mis piernas.
- Tenemos que organizar nuestra vida, preciosa, y eso intento. Yo me tengo que ir a Maranello porque lo pone en mi contrato, y estoy ofreciéndonos una solución bastante buena, o eso creo...
- Está bien, está bien - asiento finalmente. - ¿Y qué haremos con las revisiones? Las empezaré aquí y luego nos iremos allí.
- Todo se queda en el historial, no te preocupes - me tranquiliza besando mis labios suavemente.
- ¿De verdad quieres tenerlo? - Susurro apartando la mirada.
El silencio inunda el despacho y yo suspiro. No tiene ni idea. Como yo. A veces creo tenerlo claro y a veces simplemente no.
- Está bien - declaro finalmente, bajándome de escritorio y acercándome a la puerta. - Me voy a la cama.
Escucho el gruñido de Carlos a mi espalda y lo ignoro, yendo hacia mi habitación para descansar de una bendita vez.
•|27 de noviembre de 2020, Sakhir, Bahréin|•
Mi madre besa con alegría a Daniella, que chilla y patalea feliz entre sus brazos. Sé que extraña mucho a sus abuelos... yo también lo hago a veces.
- ¡Cada vez que la veo ha crecido el doble! - Se lamenta mi padre, sonriendo.
- Crece muy deprisa, sí... - asiento sonriendo también.
- Demasiado deprisa - lloriquea mi madre.
Me río y miro a Carlos de reojo, que observa en silencio y con una pequeña sonrisa todo. Le aprieto la mano con suavidad y él me mira, suspirando y acercándome a él para pasarme el brazo por la cintura. Besa mi cabeza y yo me sonrojo al ver que mis padres nos miran con una sonrisa.
- Ay, eres tan guapo, Carlos - espeta mi madre, pellizcándole la mejilla a mi novio.
- Este es mucho mejor que el otro - opina mi padre por su parte, mirándome y asintiendo con la cabeza.
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¿Me Elegirías A Mí? #2
FanficNo, nunca se me dio bien tomar decisiones. Supongo que es porque nunca me dejaron tomarlas y me enseñaron a dejar que los demás me arreglaran las cosas. Daniella fue mi decisión más bonita. Y él la más acertada. "¿Me daba miedo? Totalmente. Cada vez...