Capítulo 8

2 1 0
                                    

¿Realmente acababa de escuchar la voz de Salmée o solo era mi gran desesperación al creer que podría volver a verla? ¿La culpa había vuelto a apoderarse de mi cabeza? Mi cuerpo empezó a sentirse pesado, como si alguien hubiera puesto un gran saco en mis hombros.
¿Debía girarme? ¿Debería irme? ¿Qué era lo correcto en esta situación?
Mientras en mi cabeza se abría un gran debate sobre qué debía o no hacer aquella melodiosa voz volvió a abrirse paso entre en la oscuridad que nos separaba.
Su voz, chocó contra mi débil nuca y en ese instante mi cuerpo tembló.

-Lucas, ¿qué haces aquí? ¿Has venido a verme?- susurró aquella voz

Me quedé callado, no sabría decir con certeza si fue por el miedo que me provocaba el estar escuchando la voz de la que fue mi novia años atrás y que ahora, se encontraba muerta, o bueno, eso pensaba.
¿Salmée estaba realmente viva? Debía girarme y comprobarlo, pero el miedo que me provocaba la respuesta ante todas estas preguntas que había en mi cabeza no dejaban de crecer y generaban más miedos y preguntas. Igual, vivir con esa duda me daba más paz que saber que, probablemente, me estaba volviendo loco.
Intenté dar un paso hacia delante e ignorar el sonido de aquella voz, como si nada de eso hubiera pasado, pero, en el momento que lo hice un frío recorrió mi espina dorsal y volví a posición original. ¿Qué debía hacer? Si realmente era Salmée no podía pasarme nada malo, ¿no? Como no podía quedarme eternamente allí parado y esperando decidí hacer el primer movimiento.

-¿Salmée? ¿Eres tú?- pude notar como mi voz se cortó en medio de la pregunta.
-Lucas, has venido.
-¿Eres Salmée?- pregunté con un poco más de firmeza.
-Pues claro Lucas, esta es mi casa, ¿quién estaría si no?- pude notar una pequeña risa en aquella frase.

Pero aquello no podía ser cierto, ¿estaba realmente loco? ¿debería llamar a alguien?

-Salmée- dije con demasiada firmeza.
-¿Si?
-Responde de manera sincera, ¿qué haces aquí?
-Quería verte Lucas, te echo mucho de menos.

En el momento en que esa frase quedó perdida en el aire sus pequeños brazos rodearon mi torso. Estaba demasiado asustado, y por inercia cerré los ojos y pedí mentalmente que esto fuera una pesadilla y poder despertar entre los brazos de Valeria. Pero no, todo parecía demasiado real.

-Escuché que tienes novia, ¿ya no me quieres?
-Salmée, ¿para esto has venido?
-¿Ya no me quieres, Lucas? Yo sigo enamorada de ti, siempre lo voy a estar.
-Salmée, basta, no es el momento.
-Es eso, ¿verdad? que ya no me quieres.- Dijo mientras el agarre se hacía más fuerte.
-Salmée, tú te fuiste hace 4 años.
-Eso esmentira, yo nunca me fui, ¿por qué me haces esto?
-Salmée, tú corriste hacia las estrellas, lo hiciste.
-¿Ya no me quieres?
-Salmée, ya basta. No pienso aguantar tus estupideces, basicamente porque estás muerta, ¡joder! ¿qué es lo que coño quieres?- dije totalmente enfadado y enfrentándome totalmente a la persona que abrazaba mi torso.

Podía escuchar el sonido de la respiración agitada al otro lado de la habitación, esto empezaba a cansarme.
Noté unos sollozos y como la respiración se iba perdiendo poco a poco en la oscuridad de aquella casa.

Lo siento Salmée, pero hace 4 años que te perdí y ya no estoy enamorado de ti. Ya no.

Los besos que no pude regalarte. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora