Sea como hubiese sido, no lo iba a permitir.
Fue como su mantra, se mantuvo una hora encerrado en su oficina repitiendose una y otra vez aquella oración, no logró calmar su frustración aunque lo intentara, se sintió como una rara enfermedad dolorosa que tú controlas con la mente.
Recuerda muy bien las palabras de Mark cada que no podía controlar algo que sentía: «Todo está en la mente»
El dolor estaba en la mente pero... ¿qué hay del amor? ¿Eso también lo controlaba la mente?
Suspiro cansado mientras miraba perdido el techo que se alzaba frente a él, tenía una caza en la tarde, está vez Mark lo acompañaría, puesto que el rebelde que estaba suelto era de la tribu del peli gris, no faltaba mucho para que Lee tocara su puerta y no faltaba mucho para que tenga que volver a ver a Jaemin.
Se maldice por todo, por haber conocido a ese humano, por haberlo contratado, por haberlo acogido en su hogar y por estar tan malditamente orgulloso de todo lo que el pelirrojo puede lograr.
Gruñe alto por sus pensamientos, ¿por qué no puede maldecir sin halagar al humano?
De todas formas lo que más odia... es lo que cruzó en su cabeza cuando tuvo las sospechas de que Na Jaemin era su Detè, imaginarlo como una pareja había sido inevitable, fue como una obligación gustosa.
Imaginar a Jaemin como su pareja... el chico estaba loco, claro, el fetiche que tenía era sumamente raro hasta cierto punto pero... tal vez, y solo tal vez, le haya gustado eso, parecía que no eran tan diferentes en ese aspecto. Sería delito no reconocer que era sumamente hermoso, Jeno parecía haber reconocido que tenía una obsesión con las mejillas del humano.
Parecían suaves bajo su tacto y lastimosamente solo tuvo el placer de acariciarlas dos veces, cuando estás se pintaban de un bajo carmín avivaba el deseo de querer tomarla entre sus manos y apretarlas para después besarlas una y otra y otra y otra vez.
Otra característica del humano, su rojizo cabello, tan hermoso como el atardecer que logra ver por las tardes desde su ventana, tan suave y sedoso que... infiernos, tenía un problema con el humano.
Otra cosa eran sus ojos, brillantes y expresivos, Jeno pudo notar al instante lo que el humano trata de guardar con tanto desdén, sus pesadillas, aunque ni estás podían quitarle el brillo deslumbrante a su mirada, sus ojos eran como el espejo a una enorme galaxia plagada de estrellas por doquier.
Y por último... sus labios, rojos y rellenos tan suaves como cereza tan apetecibles, maldito sea si no se le cruzó por la cabeza morder aquellos labios y ver como el rojo se extendía en ellos hasta pintarlos por completo invitándolo a probarlos con más ganas.
Él lo haría, claro que lo haría y si tan solo soñarlo lo tenía tan mal probarlo lo dejaría en una tumba.
Las puertas se abrieron con fuerza dejando pasar así a un hombre de cabellos grises y gran porte, detrás de él y escondido a la vista de los dos vampiros mayores un joven de cabellos castaños miraba atento y embelesado al recién llegado, suspiro antes de volver por dónde vino.
— Te estabas tardando mucho — dijo Lee, su mueca divertida le saco al mayor un bufido antes de que este se sentara como peso muerto sobre uno de los sillones.
— Deja de quejarte y mantente callado, estoy muy cansado así que dormiré un rato.
— ¿Desde cuándo tu duermes? —Mark calló.
El hombre de cabellera gris suspiro cansado mientras pasaba las manos por su rostro con expresión confusa, para luego por fin darle la cara al mayor de los hermanos Lee.
Su mejor amigo... uno que probablemente lo mataría luego de que le dijera lo que lo estaba debilitando.
— He estado... mucho tiempo lejos de mi Detè, pero ahora estoy mejor.
Lee entrecerró los ojos, una vez que reclamabas a tu pareja y luego pasabas mucho tiempo lejos de esta ambas partes del lazo se debilitaban.
— ¿Y puedo saber quién es? — Mark trago duro, generalmente el no creía en Dios pero por esta vez se obligó a rezar en su mente mientras se preparaba para soltar las siguientes palabras.
— Lee Donghyuck.
|Se sentó sobre el muro de la ventana mientras balanceaba sus pies de adelante hacia atrás y observaba atento los colores del cielo y como el sol bajaba, estaban cerca ya del medio día.
Su vista cansada de la intensidad del sol bajo hasta el inicio del bosque no tan lejos de él, tarareaba bajito una canción que escucho hace no mucho, le ayudaba a distraerse y no pensar demasiado las cosas, era huir de sus pensamientos para protegerse de sí mismo.
Hasta ahora, le estaba funcionando, recuerda que la primera vez que lo hizo fue a los cinco luego de la masacre de su renacimiento.
Convertido en alguien nuevo... un niño enfermo.
Tarareo más alto cuando descubrió el rumbo de su pensar mientras movía más rápido sus pies, su cabeza giró de un lado a otro hasta que logro ver una figura parada en la puerta de su habitación.
La cosa chillona.
— ¿Estás perdida o algo? — preguntó en cuanto la chica se acercó a él, empezaba a pensar que aquella mirada afilada de parte de la fémina era normal en su rostro.
Ella bufo divertida antes de sentarse sobre su cama. — Conozco esta casa mejor que tú.
— Entonces sabes dónde estás y dónde deberías estar.
La ira en su rostro fue opacada por la sonrisa arrogante que comenzó a pintarse en ella, sus ojos brillantes y verdes con un iris marrón claro resaltaron en su rostro junto a esos rosados labios carnosos, era simplemente hermosa, Jaemin no dudaba que tal vez en algún tiempo atrás haya servido como musa para grandes artistas o sido Reina de algún Reino poderoso cautivado por su belleza.
La mujer pasó su vista de él hacía el horizonte que se veía por su ventana mientras relajaba su expresión, cruzó una pierna por sobre la otra mientras se apoyaba en la cama con sus dos manos.
— ¿Que te hace creer que este no es mi lugar? — preguntó ella, el pelirrojo estaba consciente de que no hablaba exactamente de la habitación.
— Si lo fuera yo no estaría aquí. — avivar la llama del odio ha Sido siempre una de sus maldiciones, todos sus enemigos se quedaban en vida solo para verlo morir a él por eso.
Ella agrandó su sonrisa mientras mordía su labios, su egocentrismo estaba pintado en cada poro de su piel casi gritando lo que ella quería creer.
— Tú estás aquí como el juguete de la semana, yo estoy aquí como el oso de peluche de toda la vida, ¿no notas la diferencia?
Arrogancia mostrada con total elegancia en una mujer que sabía jugar sus cartas, cada palabra salida de su boca parecía veneno en una fina copa.
Tal vez el tiempo te de dones pero un joven también puede sorprender a sus ancestros.
— ¿El oso de peluche está cansado de estar guardado en el ático? — preguntó con burla viendo cómo la mujer tensaba su mandíbula, si Jaemin iba a jugar este juego del poder lo haría bien — la próxima vez le diré a Jeno que te traiga para que observes en primera fila como ama más al nuevo juguete.
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Fetiche | NOMIN (ADAPTACION)
FanfictionFue interesante ver a un chico rubi en medio del bosque... mordiendo el brazo de un muerto. ≻─ ¿No eres un vampiro? ≻─ ¿No? ≻─ Pero entonces porq- ≻─ Se llama fetiche idiota esta historia no me pertenece tengo el permiso para poder adaptar la histo...