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Jeff no había sido exactamente feliz de ser asignado a esta misión.

Como regla, a los agentes principales no les gustaba cuidar niños y él no era la excepción. Vigilar a un novato era tedioso en el mejor de los casos y extremadamente agraviante si el novato no dejaba de echarlo a perder.

Vigilar a Barcode no era tedioso ni molesto. El chico era muy brillante, rápido aprendiendo y ansioso por complacer.

Barcode no era el problema. Él lo era.

Nada había preparado a Jeff para lo agitado e incómodo que se sentiría mientras su compañero novato se arriesgaba. Si algo salía mal, Jeff no podría ayudarlo. Esta misión en particular, requería un conjunto de habilidades que él no tenía. Si bien había hecho algún que otro robo en el pasado, este trabajo requería a alguien que fuera mejor que solo bueno.

Requería a alguien excepcional.

Alguien como Barcode.

Jeff ni siquiera pudo encontrar a Barcode pese a estar buscándolo activamente. La habitación estaba oscura, el escenario en el centro era el único lugar iluminado. La audiencia estaba dispersa por toda la sala, mayormente en parejas, y una buena parte de ellos no prestaba atención al show shibari, demasiado ocupados con sus propias parejas.

Como sospechaba, este espectáculo solo era una excusa para que algunos retorcidos pasajeros se involucraran en el sexo público bajo el pretexto de asistir a una demostración profesional de bondage. La oscuridad daba una ilusión de privacidad, pero probablemente era lo suficientemente excitante. Teniendo en cuenta que la mayoría de las parejas ni siquiera estaban tratando de permanecer calladas, le hizo preguntarse cuántos de estos shows terminaban en una gran orgía.

Una pareja cerca de él comenzó a follar.

Jeff no les prestó atención, sus ojos miraban en la oscuridad. Se sentía más al borde, cuanto más tiempo estaba Barcode fuera de su vista. Tenía que recordarse a sí mismo que el chico era muy bueno en lo que hacía. Pero no hacía nada para calmar su preocupación: era muy consciente de que a veces sobresalir en algo no era suficiente. Algunas veces había circunstancias que se salían de control. Robar el USB mientras Brylsko lo llevaba colgado del cuello no era tarea fácil, considerando la paranoia de Brylsko. Pero estaba
oscuro y Brylsko también estaba distraído con la chica en su regazo. Podría funcionar. También podría explotar espectacularmente en sus caras.

Jeff miró en dirección a Brylsko. Apenas podía distinguir su forma. La chica de Brylsko parecía estar haciéndole una mamada, pero no podía decirlo con certeza; estaba muy oscuro

No podía ver a Barcode en ningún lado.

Los minutos pasaban.

Mantuvo un ojo en la actuación shibari. Estaba llegando a su fin. Les habían informado que habría un striptease después de eso, pero no se sabía si las luces se encenderían entre las actuaciones. Maldición. Debería haber visto las imágenes de seguridad de los espectáculos anteriores mientras investigaba lo de la habitación en la tarde.

Jeff frunció los labios ante la idea.

Habría revisado las imágenes de seguridad si no hubiera estado ansioso por volver con Barcode, su piel se llenó de inquietud después de ver la forma en que Brylsko había devorado al niño con sus ojos. Los hombres como Brylsko estaban acostumbrados a tener siempre lo que querían y Jeff no había querido dejarlo  solo más de lo necesario.

Era la primera vez desde la subasta que él y Barcode  habían estado separados por más de unos minutos y Jeff no habia podido sacudirse la idea de que algo iría mal en su
ausencia.

𝐦𝐢𝐧𝐞 - 𝐣𝐞𝐟𝐟𝐛𝐚𝐫𝐜𝐨𝐝𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora