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Maldita sea.

Las manos de Jeff se apretaron en el volante. No miró el espejo retrovisor cuando la sede desapareció de la vista. Tenía más autocontrol que eso. Apenas.

—Jodidamente ridículo —murmuró en voz baja. No solo era completamente impotente para resistirse al niño  cuando le preguntaba algo, sino que también tenía que reprimir las ideas totalmente locas y paranoicas de que algo le sucedería cuando él no estuviera allí para protegerlo.

Barcode no necesitaba protección. Él no estaba indefenso ni era ingenuo. Había sobrevivido más de una década en las calles. No necesitaba que Jeff le cogiera de la mano. Él estaría bien mientras Jeff se concentraba en la misión de Whitford, incluso aunque la misión durara meses.

Sus labios se contrajeron ante la idea.

Jeff tuvo que recordarse a sí mismo que conocía al chico desde hacía un mes. No era suficiente tiempo para estar tan... unidos.

Además, un tiempo separados les vendría bien.

Barcode  superaría su enamoramiento y encontraría otro objetivo para sus afectos.

Cuando Jeff lo viera,  probablemente le hablaría sobre un chico de su edad al que estaría seduciendo y ya no se vería aturdido y nervioso cada vez que Jeff lo tocara.

La idea era... extraña.

El hecho de que fuera extraño demostraba que definitivamente necesitaba una distancia saludable del chico.

***

Duró tres horas.

En defensa de Jeff, tenía una buena razón parallamar a Barcode. O eso se dijo a sí mismo.

El respondió al cuarto timbrazo.

—¿Jeff?

Jeff se enderezó en el asiento. El chico sonaba como si hubiera estado llorando.

—¿Estás bien?

Podía escuchar a Barcode tomar  una respiración profunda antes de decir.

—Sí, estoy bien. Solo estaba durmiendo la siesta. ¿Algo va mal?

Jeff frunció el ceño. Seguro, no le creía.

—No. Solo quería saber qué dijo Amanda exactamente. —Oh. Ya te dije.

Jeff hizo una mueca.

—Lo sé, pero necesito detalles.

—Ella quería meterte en problemas —dijo Barcodemy—. Trató de hacerme decir que me obligaste a tener relaciones sexuales —Se burló—. Ella realmente tuvo el descaro de fingir que era comprensiva y compasiva, como si no supiera que ella fue quien te ordenó que me reclutases para esa misión, perfectamente consciente de que algún tipo de sexo probablemente estaría involucrado.

Ella fingió que era tu idea, que tus acciones no fueron autorizadas.

Jeff tarareó pensativamente. —Interesante.

—¿Por qué te odia? —dijo Barcode.

—Ella piensa que quiero su trabajo.

—¿Lo quieres?

—Tal vez.

—¿En serio? ¿Quieres ser Jefe del MI6?

Jeff hizo una mueca. "Querer" era una palabra demasiado fuerte.

—En unos años tal vez. Es algo que estoy considerando.

—¿No eres un poco joven para el trabajo?
Jeff se encogió algo de hombros.

𝐦𝐢𝐧𝐞 - 𝐣𝐞𝐟𝐟𝐛𝐚𝐫𝐜𝐨𝐝𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora