Capítulo 3

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Después de ver las películas, Max y Ce acordaron en planear un día de chicas, para ponerse al día y pasar tiempo juntas.

Dustin, Will, Lucas y Mike querían planear algo, pero Lucas, Dustin y Mike no lograban ponerse de acuerdo.

—Hay que preguntarle a Will —dijo finalmente Dustin.

Mike, Lucas y Dustin lo miraron. Will se encogió en su lugar. La verdad es que no le gustaba ninguno de los planes que habían propuesto, pero le daba verguenza proponer uno nuevo.

Mike se dió cuenta de la duda en el rostro de su mejor amigo, así que le ofreció su mano y cuando se la tomó, este lo llevó al primer piso de la casa.

—¡Eso es trampa! —gritó Dustin.

Cuando ya ambos se encontraban en la sala de estar, Mike pudo hablar con Will.

—¿Tienes algún plan en mente? —le preguntó.

—Pues... no lo sé, el plan de Dustin no parecía malo —respondió Will.

—Olvida lo que nosotros propusimos, ¿hay algún lugar al que quieras ir tú?

—No, la verdad no. Pero... —Will pensó un poco su idea, probablemente a los demás no les parecería buena.

—¿Pero?

—Nada, mala idea.

—Will, dime, ¿qué quieres hacer tú?

Will esperó unos segundos antes de hablar.

—Me gustaría jugar calabozos y dragones. Pero...

—Entonces que no se diga más —lo interrumpió Mike—. Jugaremos calabozos y dragones todos juntos otra vez, seguro será divertido.

Y sin duda lo fue. Will había olvidado la última vez que se divirtió tanto como en ese preciso momento.

Jugaron hasta entrada la noche. Jonathan, que había estado con Nancy, fue a buscar a Will para llevarlo a casa.

Cuando ambos llegaron, Joyce y Hopper los estaban esperando con la cena ya preparada.

—¿Cocinó Hopper? —preguntó Will—. Huele a quemado.

Jonathan le pegó suavemente a Will en el brazo.

Después de haber comido lo que se pudo rescatar del queque que había hecho Hopper, Will se fue a su cuarto.

Hopper tenía que mejorar sus habilidades culinarias. Para preparar los almuerzos, Hopper era un genio, pero para hacer cosas dulces, era un desastre.

Ya en su cuarto, Will había repasado en su mente sus momentos favoritos del día. Mike estaba presente en la mayoría de sus pensamientos. Will deseó poder tener a Joe para hablar con él en lo que a Mike respectara.

Se sentó en su escritorio y comenzó a escribirle una carta a su amigo. Will pensó en contarle algo acerca de Mike, pero decidió no hacerlo aún. Le dijo que había llegado bien, que ya estaba instalado y ya había visto y pasado tiempo con sus amigos de Hawkins. Al día siguiente, Will le pediría a su madre que mandara la carta.

Una vez escrita la carta, Will se fue a dormir.

Al día siguiente, Will y Ce se prepararon para salir a comprar cosas para decorar sus respectivos cuartos. Lo bueno de mudarse en vacaciones, es que todavía les quedaba un mes entero para organizar sus cuartos. Ce y Will estaban contentos de además de tener a sus amigos, tenerse el uno al otro.

—¿Cómo crees que quedaría esto en mi cuarto? —preguntó Ce señalándole una cortina morada oscura.

Teniendo en cuenta el color con el que Ce planeaba pintar su cuarto, probablemente el morado oscuro no sería la mejor opción, pensó Will.

—Mejor un morado claro. Para que se luzca mejor.

Ce estuvo de acuerdo con Will y buscó una cortina de un morado muy claro. Will escogió una azul para él.

—¿De qué color piensas pintar tu cuarto?

—Me gusta el amarillo —respondió Will.

Por supuesto que Will elegiría el amarillo, pensó Ce. Si Ce pudiera definir a Will con un color, ese sería el amarillo.

—Bien, vamos a conseguir pintura amarilla.

—Primero vayamos a comer algo, te comiste casi todos los waffles tu sola.

Ce se sonrojó. Los waffles eran su cosa favorita en el mundo y Hopper había hecho a la mañana. Ce fue muy amable de dejarle dos a cada uno que, si se lo preguntas a cualquiera, no sería un buen desayuno.

—Bien, entonces vamos primero por algo de comer.

Will y Ce fueron a una heladería que no quedaba muy lejos de las tiendas que aún les quedaban por recorrer. Cuando llegaron, se encontraron con Lucas, Mike, Dustin y Max.

—¿Qué hacen ustedes por aquí? —les preguntó Will.

—Max trabaja aquí. Y nosotros somos su apoyo moral —dijo Lucas.

—¿Apoyo moral? Más bien vienen a puro molestarme.

—Y comprar helado cuando no pasa nadie —agregó Dustin—. Apoyo moral.

Max puso los ojos en blanco y fijó su atención en Will y Ce.

—¿Quieren helados?

—Quiero uno triple —pidió Ce.

—Hay que pagar por ellos —le recordó Will.

Joyce solía darle a Will y Ce un poco de dinero mensualmente para que lo gastaran en algo que les gustara, pero Ce no lograba ahorrar y siempre se quedaba sin dinero a los pocos días del mes.

—Ahora que lo pienso, prefiero uno simple.

—Dos dobles —pidió Will—. Y yo te invito —le dijo esto último a Ce.

Ce abrazó a Will en forma de agradecimiento.

Algo que a Ce realmente le facinaban, además de los waffles, eran los helados. Insistía en que no quería morir sin antes probar todos los sabores, así que no repetía demasiadas veces los mismos sabores.

—¿Me invitarías uno a mí también? —le preguntó Mike.

—No. Solo me queda dinero para uno simple, no podría invitar a Lucas, ni a Dustin, ni a Max. Tal vez para la próxima.

—Estos ya comieron —dijo Max—. Lo que pasa es que Mike quiere otro helado.

—¡Dustin me robó la mitad del mío! —se quejó Mike.

—¡No es cierto! —replicó Dustin—. Tú quisiste darme.

—Dije que probaras un poco, no la mitad.

—A eso se le llama venganza. Por mis papás fritas hace un año, yo no olvido Mike.

—¿Es en serio? ¡Eso pasó hace un año, Dustin, un año!

Mientras Mike y Dustin discutían, Will pidió un helado más para Mike.

—¿Ya terminaron de pelear? —dijo Will con el helado de Mike en su mano.

Mike lo miró y sonrió.

—¿Es para mí?

Will asintió y Mike le agradeció el gesto. Will sonrió.

—No hay de que.

Will tomó seguidamente su helado y comenzó a comerlo. El helado para Will casi era como los waffles para Ce.

Will, Mike y Ce se sentaron en la misma mesa para disfrutar de su helado.

—¿Le dijiste a mamá que mandara la carta? —le preguntó Ce a su hermano.

—¿Qué carta? —preguntó Mike.

—¡La carta! —Will, que se había olvidado, salió inmediatamente de la tienda y salió corriendo en dirección a la tienda en la que su madre volvía a trabajar.

—Will, espérame —Ce salió corriendo detrás de Will.

Mike, por su lado, se quedó en la tienda muy confundido.

El Secreto [Byler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora