💌┊𝑪𝒂⃗𝒓𝒕𝒂𝒔 𝒔𝒊𝒏 𝒇𝒊𝒓𝒎𝒂𝒓 ➤ 𝘙𝘶𝘣𝘦𝘨𝘦𝘵𝘵𝘢 ♡

🥀 ʙᴀᴅ ᴇɴᴅɪɴɢ 🥀

Siempre me han gustado las flores,
Regalarlas es parte de mi rutina.
Pétalos vívidos hacen que mi corazón se deleite,
Eso hasta que te conocí.

Mirando a tu lado,
El rayo del sol realza tu naturaleza seductora.
Tu voz eufónica es música para mis oídos,
Por lo que mi interior se vuelve borroso.

Las vides estiraron mis pulmones,
Dejándome sin aliento.
Hermosas flores que siempre he adorado,
Ahora continuamente cayendo en mi boca.

Líquido carmesí se amontonó en mi mano,
Todavía jadeando desesperadamente.
Una mezcla de amargura y dulzura,
Eso es lo que siente una persona lastimosa como yo.

Un comienzo dulce con un final amargo,
Puedes decir eso.
Antes de que caiga el último pétalo,

¿Puedo al menos recogerlos todos y dártelos?
Como muestra de mi táctico, te amo.

-Hane S.

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Cuando Doblas iba camino a casa un ataque de dolor invadió todo su cuerpo, no entendía el por qué de aquel dolor, hace ya varios días que estaba más tranquilo respecto a los ataques y el vómito, ¿por qué justo en ese momento comenzaría a sentirse mal?

Él solo cubrió su rostro como ya era de costumbre y se resignó a escupir aquellos pétalos que lo atormentaban desde hace ya varios meses, pétalos que por más hermosos que fueran le causaban un dolor inimaginable.

-¿Q-qué mierda? ¿Por qué a...ahora? -Se pregunto a si mismo-

Intentó seguir caminando, pero con cada paso que daba, parecía que se ponía más y más débil, pero... ¿cuál era el motivo? Por qué simplemente de la nada... ?

Continuó caminando, caminando hasta llegar a casa, abrió la puerta y subió lo más rápido que pudo al baño de la habitación principal para tomar algunos medicamentos que Auron le había recetado anteriormente para controlar el dolor, no le gustaba mucho la idea de tomar tantas pastillas, se sentía como abuelito, lo cual es gracioso ya que apenas y tiene 20 años.

Limpió su boca con un poco de agua, le daba asco ver cómo sus colmillitos de oso estaban llenos de sangre, era demasiado feo verse así.

También limpió sus manos y garras que se habían manchado al cubrir su rostro, tomó una pequeña manta de su casa y la puso en su espalda para cobijarse un poco del frío.

Salió de su casa y comenzó a caminar, caminar despacio y sin preocupaciones, sin duda le esperaba una gran caminata.

Había tomado una ruta diferente a la del bosque de Sakuras, caminó por un caminito lleno de piedras y mucha vegetación, caminó por un buen tiempo, no fue un viaje tranquilo, constantemente le venían ataques de tos y vómito o se asustaba por algún animalillo que andaba por ahí.

Llegó a una vieja casa del árbol escondida a mitad de un bosque, ahí era donde Rubén pasaba la mayor parte del tiempo antes de conocer a todos sus amigos, solo él, Wilson y Raspy, la mayoría del tiempo estaba feliz, pero poco a poco esa soledad comenzó a atormentarlo.