Estrategias

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Si alguien le preguntaba hoy en día cómo definiría su vida, ella sin duda alguna afirmaría que su vida hasta la fecha era satisfactoria, rosando incluso la perfección.

Estaba consiente que usar la palabra perfección en un mundo totalmente politizado como Westeros podría sonar falso y ridículo, pero para ella así fue; todo lo que le importaba era su familia, no la política ni el dinero, a los ojos de Daenerys, si estaba junto a su familia y era amada por ellos… su vida era feliz.

Claro que no siempre supo que su nombre era Daenerys Targaryen. No. Durante 10 años ella creyó firmemente que su nombre era Dany Velaryon, hija de Lucerys Velaryon y Eleanys Velaryon, el día que le confesaron la verdad, ese día su mundo cambio para siempre.

Si hacia memoria, luego de esa impactante revelación muchas cosas comenzaron a tener sentido.

Su niñez fue feliz, pero a la vez muy tranquila, tanto así que ella podría decir que fue incluso sobreprotegida, no la dejaban salir en pleno día a las afueras del castillo que era su hogar, solo podía hablar libremente con un selecto grupo de sirvientes elegidos cuidadosamente por sus padres. Una vez, cuando tenía 5 días de nombre, vio por primera vez en su vida al que en ese entonces era su Lord Regente, Lord Stannis Baratheon; fue una cena privada que se llevó a cabo en el castillo principal de Dragonstone, el hogar que según la propia Daenerys irradiaba magia por todas partes.

Cuando fue la cena, Daenerys jamás olvidaría la mirada seria y severa que Stannis uso mientras la veía, nunca quito su mirada de ella, la veía con duda y sospecha, pero jamás le faltó el respeto públicamente. Esa noche, ella le pregunto a su madre porque Lord Stannis la miro de dicha forma, su madre, Lady Eleanys le explico que su aspecto y belleza eran una calca exacta de la antigua familia real, la familia Targaryen.

Daenerys aun con solo 5 días de nombre ya había escuchado mucho sobre los Targaryen, montaban Dragones, algo increíble e irreal a los ojos de la pequeña, mientras más leía sobre los Targaryen, más quedaba cautivada de aquella dinastía que tristemente había caído en desgracia.

Por obligación, muchos Lores siempre se presentaban ante su padre, muchos traían a sus hijos varones y pedían verla, su padre, Lord Lucerys afirmaba que estaba enferma, algo que era totalmente falso ya que su salud milagrosamente siempre había sido buena, pero su padre siempre decía lo mismo: «Mi amada hija no se encuentra bien, su salud es frágil, lamento que no puedan verla, pero el maester sugirió que se quedara aislada mientras mejoraba».

Siempre era lo mismo, cuando escucho de boca de los sirvientes que Westeros la conocía como la doncella enfermiza no se sorprendió, literalmente pasaba todos los días del año en cama y aislada, ¿Por qué? Ella nunca lo entendía, ¿Por qué no podía hacer amigos? ¿Por qué no podía hablar con los demás niños? ¿Por qué… no podía ser una niña normal?

Sus padres siempre le pedían paciencia, prometían que cuando creciera se le explicaría todo, que confiara en ellos.

Dany confiaba en ellos, eran sus padres y los amaba. Cuando nació Duncan, su tonto y amado hermano menor, su soledad se hizo menos, Duncan desde bebe resulto ser un niño ultra hiperactivo con sobredosis de energía, Dany pasaba todo el día jugando con él y vigilandolo, amaba a su hermanito y eso no era trabajo, más bien lo convirtió en un juego, uno que la salvaba del aislamiento y la soledad que la invadía diariamente.

Un día, el día menos esperado ocurrió un accidente.

La biblioteca en donde pasaba sus días leyendo se incendió a causa de unas velas mal puestas, ella se había quedado durmida y cuando despertó, su brazo izquierdo y parte de su rostro estaba envuelto en llamas.

Príncipe DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora