Revelaciones

678 44 5
                                    

Si alguien le hubiera preguntado hace meses donde se miraba en el futuro, con sinceridad el en  entonces Jon Snow habría dicho que seguiría viviendo en Winterfell, pero Jon Snow ya no existía, ahora el dueño de este cuerpo, de esta mente se llama Daemon Targaryen, y si, el príncipe Daemon se proyectaba justo en este lugar su hogar ancestral

Dragonstone.

El hogar de su familia, el hogar que vio nacer la Dinastía más grande de todo Westeros, los Señores Domadores de Dragones, su familia, su Dinastia los Targaryen.

Algo que no había abandonado la mente de Daemon desde que descubrió la verdad sobre su herencia fue lo siguiente, ¿Habría sido feliz siendo criado como un Targaryen? Por un lado tenía a su madre, Lyanna Stark-Targaryen lo amo desde el instante que descubrió que estaba creciendo dentro de ella, pero su padre era otra historia, ¿Rhaegar lo habría amado? Daemon no era tonto, si bien sabía que Rhaegar si amaba a Lyanna, Daemon supo llegar a la conclusión y sabía que Rhaegar esperaba una mujer, una Visenya, para completar así la profecía de las Tres Cabezas del Dragón.

La tercera persona perteneciente a dicho matrimonio polígamo era Elia Martell-Targaryen, ¿Estaria de acuerdo ella con el matrimonio de Rhaegar y Lyanna? ¿Había aceptado a Lyanna? ¿Lo habría amado o lo trataría igual que Catelyn Tully? Daemon sabía que algún día lo averiguaría, el Dios Rojo lo había elegido como su campeón y según tenía entendido Daemon, el Dios Rojo aparentemente lo sabía todo, si Daemon cumplía su deber estaba casi por completo seguro que algún día lograría saber la verdad, ya le había mostrado visiones, no le costaría mucho mostrarle más.

Si Rhaegar hubiera ganado y derrotado a Robert Baratheon, Daemon habría sido criado junto a Rhaenys Targaryen y Aegon Targaryen, sus medios hermanos, lo irónico aquí es que de haber sido así el heredero a Dragonstone habría sido Aegon, no Daemon. Sabía que pensar sobre esto solo le haría daño, ahora lo que no tenía y lo que pudo ser podría terminar hiriéndolo más de lo esperado, pero aun así debía hacerlo, debía entender y comprender el mundo que ahora lo rodeaba.

Estaba entrando en el famoso Juego por el trono, un juego que mataba sin piedad incluso a los mejores jugadores, Daemon debía comprender toda su historia familiar a la perfección, saber hasta el mínimo detalle para no caer presa de los Leones cuando llegue a Desembarco del Rey.

Daemon no era tonto, él sabía que el verdadero Rey de Westeros se llamaba Tywin Lannister, no tenía la corona sobre su cabeza, pero si el poder y la voz de mando, Tywin era el rey, Robert solo era un títere; Joffrey, Tommen y Myrcella solo eran piezas, peones en el juego de Tywin Lannister.

Así que teniendo el tiempo como nuevo lord de Dragonstone decidió leer todos los libros que pudiera y empezar a aprender sobre la lengua original de sus antepasados y así dedico gran parte de su tiempo a conocer su legado de origen valiryo, Stannis aun siendo un Baratheon dejo en la biblioteca todo el material sobre la Dinastía Targaryen, gracias a eso Daemon pudo relajarse y leer sobre sus antepasados, comprender donde estaba actualmente parado y prepararse para jugar el gran juego.

- Jon, voy a entrar - Ned Stark llamo desde el otro lado de la puerta.

- Adelante, Lord Stark - Daemon bajo el libro que leía y recibió a su tío en su habitación - ¿Pasa salgo, Lord Stark?

- Nada importante - Ned miro alrededor de la habitación - Pensar que hace solo unos giros de luna esta habitación pertenecía a Stannis y su esposa.

Príncipe DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora