Porcelain [Soukoku]

Pretty boy.

Chuuya estaba en llamada con el castaño, era una charla llena de cosas cursis que darían diabetes de solo escucharlas... Ese era su amor.

- Oye, cariño. - Chuuya interrumpió. - Quiero que salgamos a comer o algo, te extraño. - Hizo un leve puchero que el castaño se pudo imaginar, conocía bien a su Chibi.

- Bien~ Te paso a buscar a las cinco, bebé. - Osamu dijo con dulzura.

- ¡B-bien! ¡Te amo! - Dijo un entusiasmado Chuuya antes de colgar la llamada, con Osamu solía tomar una actitud más infantil y tierna... Muy tierna.

El pequeño Chuu se puso nervioso.

¿Que ropa llevaría? ¡Debía verse muy lindo para su novio!

Luego de pensarlo, demasiado, se puso una sudadera que le robó al moreno hace unas semanas (la cual, le quedaba adorablemente grande) y se puso unos pantalones de cuero que lucian muy bien sus piernas.

Oh, y por supuesto no podía olvidar un lindo sombrero y la pulsera de novios que compartía con el castaño.

Y el pecoso si que estaba emocionado de salir con su novio, se había vestido dos horas antes de la hora acordada y encima estaba ansioso para que llegará está.

- ¡El tiempo es taaaan lento! - Se quejó mirando el reloj.

Y el tiempo se volvió una eternidad para Chuu.

Hasta que llegó la hora.

"El principe paso a recoger a su princesa."

Sip, la vida de Chuuya se sentía como un cuento de hadas desde que conoció a Osamu, definitivamente ese chico había salvado su vida.

Literalmente.

Pero eso ya es tema para otra ocasión.

- ¡A-amor! - El pelirrojo salió entusiasmado de su hogar y cerro con seguro la puerta de este.

- ¡Te extrañe demasiado! - No dudo ni un segundo en correr a los brazos del moreno y este lo cargo como un koala.

- Yo también te extrañe mucho, estrellita~ - Osamu acaricio los largos y suaves cabellos que caían por el cuello del pecoso.

- Te ves tan lindo, cómo siempre. - Esto hizo ruborizar al pelirrojo.

- Y también tan chiquito. - Dijo para molestar al más bajo.

- ¡Oye! - Chuu le dió un golpe a su novio fingiendo molestia.

Sip, habían cosas que nunca cambiarían.

Y eso era lo que más les encantaba.