Capítulo 21: ¡NO ABRAS LA PUERTA!

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Capitulo XXI

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Capitulo XXI

¡No abras la puerta!


Llegue a mi casa en una tarde algo nublada, lo cual no era raro en la zona donde vivía. llegue a mi habitación y entre al baño, me quede frente al espejo apoyándome sobre el lavamanos y con una mano, agarre el cristal y

1... 2... ¡¡AAA!!

Arranque el cristal de mi pecho, afortunadamente no se había clavado muy profundo, y luego de eso solo me coloque una venda, me cambie de camisa y me senté frente a la ventana... esperando, creí que ellos vendrían a por mí, pero la noche callo y nada, hasta que de repente tocaron levemente la puerta.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, hasta que volvieron a tocar la puerta con más insistencia. Baje lentamente al primer piso y me asome por el pasillo a ver la puerta, y bajo esta, se podía ver como dos pies parados frente a ella. Me pare frente al pasillo oscuro y luego, empezaron a tocar la puerta de nuevo seguidamente, cada vez más fuerte. con todo mi valor reunido me empecé a acercar a la puerta tratando de calmar mi alma estremecida, y extendiendo mi mano, sujeto la manilla para abrir la puerta, pero a penas la toco, dejan de tocar la puerta, y escucho una profunda y pesada respiración que helaba mi sangre. Acumulo el suficiente coraje y valor atreviendome a habrir la puerta la puerta, y lo que veo, solo la espesa y fría oscuridad. Asustado por esto, sierro la puerta lentamente y corro a mi habitación serrando la puerta con seguro y recostándome a ella, no pude aguantar más... así que rompí en llanto, habían pasado muchas cosas en muy poco tiempo, todo paso tan rápido.

Rafael, ¿¡donde está Rafael!?, recordé a mi amigo perdido y yendo gateando hasta la mesa al lado de mi cama, tantee en ella hasta conseguir mi teléfono, lo agarre, y lo llame.

(Llamando... )

(el número que usted marcó no puede ser localizado, por favor, intente su llamada más tarde)
—¡Rayos!

(Llamando...)

(el número que usted marcó no puede ser localiza —colgué)
—¡NO PUEDE SER! ¡Ahss! — coloqué el teléfono en el suelo mientras me sentaba en el piso de nuevo recostado a la cama.

Pero segundos después.

(llamada entrante: Rafucho)

—¿Hola?.. ¿rafael?

—¿Sí? ¿qué pasa? —contesto.

—¿¡COMO QUE QUE PASA!? ¿¡donde estabas!? Estaba preocupado cuando te fuiste de repente ¿¡A dónde fuiste!?

—tenía unas cosas que hacer —responde de forma cortante.

—¿¡Qué cosas!? —pregunto enojado.

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