LiahHabía dormido por horas, desperté en medio de la madrugada agitada y sollozando. Poco a poco mi cuerpo dejo de temblar y caí en cuenta que todo fue una jodida pesadilla.
Me levanto de mi cama y camino hacia la cocina, el piso helado provoca que mi piel se erice ante tal sensación.
Llego a la cocina, abro el refrigerador y busco un poco de agua; aún algo somnolienta fijo mi mirada en la gran ventana, todo parece normal: los frondosos árboles del jardín, la luz de la luna. Aunque... Hay algo raro ahí, sino fuera porque aún me siento un poco dormida diría que es ¿Una silueta? Maldita sea, si es una silueta, se acaba de mover.
Inconscientemente camino hacia la sala, mi respiración es agitada, mis pasos son torpes, estoy muy asustada ¿Pero de qué o de quién?
—Dile a tu hermanito que lo tenemos en la mira, tic tac— susurran en mi oído, pero no puedo moverme.
Fueron segundos, tal vez minutos. Mi cuerpo reacciona y voltea rápidamente, no hay nadie, pero esto no es una pesadilla.
Llego a mi habitación y cierro la puerta con llave, enciendo la luz y miro unos minutos por la ventana. No hay nada extraño; miro el reloj en mi muñeca, son las 2:36 a. m.
Suspiro y decido intentar dormir, aún faltan muchas horas para que salga la luz del sol.
Despierto y lo primero que hago es ir a la habitación de Arón.
—Abre la puerta — digo cansada ¿Qué tanto hace?
—Joder Liah— grita desde adentro
Abre la puerta y entonces me doy cuenta de que estaba haciendo.
—A papá no le gusta que uses la casa como un motel— digo burlona
—¿Qué quieres?— pregunta fastidiado
—¿En qué andas metido?— digo seria, sin embargo Arón sólo ríe
—Aun en nada, por tu culpa—
—Arón, no es un juego ¿En qué te mentiste?—
Su expresión cambia y automáticamente baja la mirada para evitar verme—No aprendes — lo regaño
Estaba a punto de hablar pero lo interrumpo
—Baja a la sala y hablamos—Minutos después, viene a Arón bajando las escaleras. Llega y se queda parado frente a mí
¿Cómo te enteras de todo?— pregunta divertido—¿Por qué me lo vino a decir alguien hoy a la madrugada?— pregunto irónica
Su semblante cambia —¿Te hicieron algo?—pregunta preocupado
—No— respondo simple
—Mas les vale— susurra relajado
—¿Ahora qué has hecho?—
—Nada que a ti te importe— responde a la defensiva
—Me importa, porque así se que les voy a decir la próxima que vengan a casa—
Arón me ve y suspira.—Nada grave, tal vez sólo dije algo o hice un gesto. A ellos todo les molesta, sabés cómo son— dice algo nervioso
—Y matan por eso, sabes cómo son—
—No importa, hablaré con ellos— responde simple y camina para alejarse
—¿Qué les debes?— deja de caminar y se voltea
—¿Qué te dijeron?— pregunta en tono bajo
—tic tac—digo imitando el tono que usa la persona, era un tono amenazandor
Arón no dice nada y sólo niega —¿Les debes dinero?— pregunto confundida
—Arón, si quieres puedes nadar en plata ¿Qué les debes?— pregunto mientras quedamos cara a cara
Arón suspira —Un favor—
Y entonces, todo tipo de imágenes llegan a mi mente. Esto ya pasó una vez y ambos sabemos cómo acabo.
—Te felicito — digo sarcástica
—Liah, sólo pasó, yo ni siquiera...—
—No me importa, esta vez es tu problema.— termino la conversación y subo a mi habitación.
—No, esta vez no te vas a meter a esas cosas Liah— pienso mientras me intento auto-convencer de no salir y preguntarle a Arón que puedo hacer para ayudarlo. Pero a fin de cuenta ¿Es tu hermano, no?
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Demonios prohibidos
Teen FictionSiempre fui así: Fría, distante, con un mal carácter, con un mounstruo dentro de mí. Tenía 8 años cuando murió la persona que más amaba, lo tenía todo y luego no tenía nada. Luego crecí, y al igual que mis hermanos cometí muchos errores ¿él peor? Od...