Tyler no puede creer lo que está pasando. Es que no puede imaginar que alguien pueda tener tan poco sentido común. Bueno, ahí está su padre de nuevo cuando abre la puerta y lo primero que piensa es en tomarlo de la camisa para arrojarlo lejos de él y de su casa, pero en cuanto se acerca sin decir nada, el señor Rivera retrocede con las palmas al frente.
-Espera, Tyler. Espera. Por favor.
-No, ¡lárgate de mi casa! ¡Ahora!
- ¡Tyler, por favor! -su padre sujeta la puerta antes de que logre cerrarla- ¡No tengo otro lugar a dónde ir!
- ¡No es mi maldito problema!
El defensivo lo empuja y logra cerrar la puerta, pero no se aparta de ella. Es que simplemente no puede creer que haya vuelto así después de todo lo que le dijo, después de todo lo que le ha dicho y hecho, solo se aparece así, como si nada.
- ¡Por favor, Tyler! -su padre golpea la puerta con suavidad cada vez menos hasta que se detiene por completo- por favor.
Tyler nunca lo había escuchado suplicar de esa forma antes, ni siquiera decir un por favor. Es el hombre más testarudo que ha conocido en toda su vida, es desconcertante escucharlo de esa forma, luciendo tan delgado y descuidado como lo hace. Y tal vez no debería de importarle un carajo lo que esté pasando. Debería de darse la vuelta y alejarse de la puerta. Pero, por alguna extraña razón, se queda ahí con la mano en el picaporte.
-Lamento todo lo que te dije la última vez...y todo lo que te he dicho. Yo...de verdad quiero hacerlo bien esta vez, Tyler. Quiero intentarlo de nuevo... ¿Tyler? Por favor...hijo, mi querido hijo. ¿Puedes darme otra oportunidad?
El 46 inhala y exhala con lentitud. Tal vez sea la persona más estúpida sobre la faz de la tierra, un ingenuo sin remedio. Quizá no hay nadie más idiota que él. Lo sabe, pero abre la puerta de cualquier modo y de pronto el hombre del otro lado se ve tan pequeño, como si se hubiera encogido en un instante.
-Una noche -dice cuando se hace a un lado dejándolo pasar.
El señor Rivera asiente y entra con cuidado, como si lidiara con un animal acorralado. Tyler cierra la puerta y ambos se quedan a mitad de la sala sin mirarse siquiera.
-Es un lindo apartamento- dice su padre rompiendo el silencio, mirando alrededor con detenimiento- va con tu personalidad.
El defensivo mira su sonrisa torcida.
- Hay otra habitación allá. Mañana te quiero fuera de aquí.
Dicho eso, Tyler entra en su propio cuarto y cierra la puerta.
🌙
Contrario a lo que el defensivo esperaba, pudo dormir profundamente esa noche. Quizá solo estaba agotado por todo lo que había sucedido en esos últimos días. Los partidos, la situación con Lucas y ahora ese maldito acuerdo con la liga para ocupar toda su agenda junto al mariscal. Cuando Mitch le dijo lo que querían hacer, sintió que se volvía loco. Es que no podía creer que la liga los utilizaría de esa forma para satisfacer el morbo de la gente, pero lo hizo y no hay nada que pueda hacer por culpa de su contrato. Que irónico resulta todo, la misma gente que los señaló, que los presionó hasta que cortó su respiración es la misma que ahora los apoya, con estúpidas pancartas. Y tal vez ni siquiera es apoyo sino morbo. Puro entretenimiento enfermizo.
Cuando su despertador suena, el46 tiene problemas para abrir los ojos por completo, como si sus párpados pesaran toneladas no puede mantenerlos abiertos. Piensa que quizá no necesita asistir a ese maldito evento, una clase de celebración por la temporada que terminó, los jugadores conviviendo con un buen espíritu deportivo. No podría importarle menos. Pero verá a Lucas, el primero de los muchos eventos que compartirán y eso es lo único que logra hacer que se levante. Sabe que las siguientes semanas serán una tortura entre eventos y entrenamientos de preparación, pero quizá ver a Lucas pueda valerlo todo. No pasará nada entre ellos, pero eso no significa que no pueda estar cerca de él.
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Tiempo Fuera [Secuela Medio Tiempo]
Teen FictionLucas y Tyler, en lados opuestos dentro del campo. El mejor dúo de la NFL enfrentándose. Dentro y fuera del campo, hay mucho que merece ser contado.