𝙱𝚘𝚍𝚊 𝙴𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚊 |𝙲𝚑𝚊𝚗𝚐𝚕𝚒𝚡| (𝙰𝚍𝚊𝚙𝚝𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗)

Destinos entrelazados

Después de que Minho pronunciara el nombre de Jisung, todos quedaron en un silencio un tanto incómodo. Al parecer el mundo era muy pequeño...

—Jisung... ¿Qué haces...?—comenzó a preguntar Minho pero fue interrumpido por un carraspeo de Jisung, quien apenas había salido de su trance por volver a ver a Minho.

—Changbin tengo que hablar contigo—cortó las sogas que ataban los tobillos del pálido, provocando que cayera de golpe al suelo, sacándole un pequeño grito a Felix y a Jeongin—. Los dejaré colgados un ratito, pequeños—se dirigió hacia los tres más jóvenes, después miró a Minho—. Para ti será un gran rato.

La intensa mirada de Jisung se desvió de Minho cuando el mercenario tomó de su muñeca para apartarlo un par de metros de los demás. Sin embargo, el moreno no apartó su mirar de Jisung, mientras se preguntaba qué hacía ahí y cómo es que conocía a Changbin... aunque pensándolo bien, Jisung y Changbin estaban en el mismo mundo de mercenarios —aunque Jisung era mercenario de medio tiempo— y no sería raro que se conocieran.

Se dio una cachetada internamente y miró a Jeongin, asegurándose de que no la estaba pasando mal.

—¿Qué haces aquí, Jisung?

—Hyung—recalcó Jisung a la vez que ponía los brazos en jarra y fruncía el ceño.

—¿Qué?—la confusión en la voz de Changbin se hizo evidente provocando que el mayor virara los ojos—. Agh, no te voy a decir 'hyung'.

—Eres tan irrespetuoso—sacó a relucir su inconformidad con un fruncimiento de labios—. Como sea... uhm, ayer llovió y... ¿Cómo estás?

Changbin se quedó un momento en silencio y rápidamente le dedicó una mirada a Felix.

—Estoy bien... pero si esto es lo que...

—La familia Lee ha puesto un precio por tu cabeza—informó mientras sacaba un papel con el rostro de Changbin y se lo entregaba—. Hay muchos ceros y ni contar lo que ofrecen por su primogénito. Por el pequeño Lee ofrecen el doble. Incluso más.

Changbin miró a Felix con angustia mientras éste se dedicaba a entrelazar sus dedos con Chan. Se revolvió el cabello con frustración y encaró a Jisung.

—¿Y viniste para llevarnos?

—Changbin, solo he venido a advertirte... no he olvidado lo que hiciste por mi—le dio un amistoso apretón en el brazo y giró su cabeza para mirar a las cuatro personas que colgaban del árbol—, Pero tienes que entregar al pequeño.

—No lo haré—espetó con el ceño fruncido. Hizo que Jisung lo mirara de vuelta y su filosa mirada le hizo saber al mayor que lo decía muy en serio.

—Changbin, no es tu responsabilidad y tú...—Jisung fue interrumpido por un chasquido proveniente de Changbin. Lo miró expectante ante lo que diría, porque la expresión incrédula que tenía no era por nada.

—Minho tampoco era tu responsabilidad—la expresión de Jisung se endureció y sus cejas parecían que se harían una en cualquier momento.

—¿Entonces qué harás, eh? ¿Lo tomarás y huirán a las tierras bajas?—ironizó el mayor, no había razón para que Changbin se negara a entregar al Lee—. Porque te aseguro que ahí sería el último lugar en el que buscarían. ¿Y sabes por qué? Porque ahí es habitado por puro maleante.

—Podría acostúmbrame, después de todo no soy un santo—retó, Jisung suspiró exasperado y le dio un golpe en la frente a Changbin, por no clavarle una daga en el brazo.

—Tú, pero no Lee... el niño toda su vida ha vivido entre lujos, ¿Cuánto crees que sobreviviría a una vida de esas, eh? Lo matarían en la primera noche.