La razón del rechazo

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Felix se encontraba aterrorizado por tener que entrar sólo para conocer al rey, no dejaron pasar ni a Minho ni a Jeongin; ambos insistieron en que tenían que acompañarlo, incluso Minho se atrevió a golpear a un guardia. Y por eso los hermanos fueron llevados a una celda. Dejándolo solo.

Un guardia abrió las grandes puertas del salón e hizo a Felix entrar. Ni bien entró, un guardia lo tomó por la espalda y bajó con fuerza el cuello de su chaqueta.

—¡Hey! ¡Cuidado con la chaqueta!—vociferó enojado, quitándose al guardia de encima. Se acomodó la ropa y observó al hombre.

—Es él—fue lo único que dijo el guardia, para después salir del salón, aunque no sin antes recibir una pedrada por parte de Felix.

—Después de tantos años, te he encontrado—Felix se giró extrañado hacia el rey y frunció los labios.— Yongbok...

—A ver, espérese.—lo cortó en seco mientras levantaba ambas manos— En primer lugar, debería decirle a ese animal que debe de tratar mejor a la gente y en segundo lugar, mi nombre es Lee Felix, no Yong... como sea.

—Tienes el carácter de tu madre—masculló el rey con una pequeña sonrisa. Felix soltó un bufido y se cruzó de brazos.— ¡Bien! Te diré todo para que no me veas como si yo fuera el malo de la historia.

Felix aceptó a regañadientes mientras se recargaba en la estatua del dragón que había a un par de metros de él.

—Los Lee y nuestra familia fueron grandes amigos durante muchos años, pero cuando se corrió la noticia entre los reinos de que la reina de Arbogs había dado a luz a un hermoso niño rubio, la condesa Lee se enceló porque ella no podía tener hijos...—el hombre observó a Felix, quien estaba con la vista fija en algún lugar del suelo con los ojos brillos, antes de continuar con su historia—; entonces ella contactó a unos hechiceros oscuros y eso fue lo que dio inicio a "la guerra de las estrellas". Te arrebataron de los brazos de tu madre en su último aliento de vida. Ellos dieron por destruido el reino de Arbogs, así que no se preocuparon de que te buscarían.

Felix soltó una lágrima, él quería demasiado a su padre —a su madre no tanto— e imaginar que estuvo de acuerdo con eso, le rompía toda la buena imagen que tenía de él. Lo admiró por todas las cosas buenas que hizo por él y por otras personas que pensar eso le dolía en el alma.

—Mi padre, él no era así—defendió al hombre con el ceño fruncido. El rey negó indignado.

—Por supuesto que no. Jongsuk era un gran hombre, sólo fue engañado por la condesa al igual que todos.

Felix suspiró aliviado y secó las lágrimas traicioneras que habían caído. Se llamó tonto por haber pensado que su padre había estado de acuerdo con todo eso.

—Tu nombre es Jun Yongbok.

El de cabello rojo frunció la nariz al escuchar el nombre y negó ligeramente.

—Lee es el apellido de mi padre, lo admiré tanto y realmente me gustaría quedarme con él—le hizo saber sus deseos muy seguro de sus palabras, por lo que el rey asintió resignado. No esperaba que Felix aceptara todo en segundos.—Gracias.

—Ahora tengo algo importante que decirte—el rey hizo una pausa para pararse frente a Felix, después continuó—. Debes encontrar al príncipe del quinto reino antes de que sea tarde.

Felix se quedó estático cuando escucho aquellas palabras de nuevo. Él ya había escuchado aquella frase, muchas veces en sus sueños o en ocasiones cuando se perdía en sus pensamientos esa voz se hacía presente. Durante toda su vida lo había hecho. Y un tiempo pensó que se estaba volviendo loco, casi corta su cabello de la desesperación.

𝙱𝚘𝚍𝚊 𝙴𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚊 |𝙲𝚑𝚊𝚗𝚐𝚕𝚒𝚡| (𝙰𝚍𝚊𝚙𝚝𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora