Capítulo tres: Promesas

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"¿Y tus relaciones han sido mejores?"

Siyeon estaba casi ofendida, Minji estaba siendo gruñona por su vergüenza, pero no tenía que insultar las relaciones de la rubia al mismo tiempo. Sintió la necesidad de defenderse.

"¡Te haré saber que todas con las que he dormido me han dado una crítica de cinco entrellas!"

"¿Estás segura de que no te estaban adulando?" Minji replicó.

"Créeme, Minji. Las chicas con las que he dormido han disfrutado cada segundo de ello." Siyeon respondió con aire de suficiencia, y Minji dejó salir un ruido de frustración. Que Siyeon alardeara de sus habilidades en la cama probablemente no la haría sentir mejor sobre su ruptura, pero la rubia era muy impulsiva para detenerse. Afortunadamente, o desafortunadamente, depende de para quién, Minji era igual.

"Si eres tan buena en la cama, ¿por qué tu última novia aún así te botó?"

Ohhhhh. Eso fue un golpe bajo. Las dos eran muy competitivas, pero, aunque eran mejores amigas, Siyeon tenía que poner un límite. Incluso sus otras amigas decían que ella y Minji eran un caso cuando comenzaban a discutir, porque ninguna de las dos se rendía. Siyeon no sabía de dónde salieron sus próximas palabras, pero se escaparon de su boca antes de que pudiera pensar en ellas.

"¿Sabes qué? Apuesto a que te puedo hacer venir en el primer intento." No sabía por qué había dicho eso, pero no se podía retractar ahora.

"¿Qu-é? Mientes."

Minji parecía completamente sorprendida. Siyeon pronto sintió una pizca de satisfacción por la curiosidad que estaba creciendo en la mirada de Minji, a pesar de su tartamudeo.

"Puedo fácilmente probarte que estoy diciendo la verdad. Todo lo que necesitarías sería una noche, y haría todas esas cosas que tus ex no han hecho por ti. Solo dilo, y cumpliré tus más salvajes fantasías."

Minji estaba tan roja que Siyeon se preocupó de que explotaría, pero la otra chica no se acobardaría tampoco, Siyeon debería de haberse dado cuenta de su error. Si Minji era algo, era orgullosa hasta la muerte. Sus próximas palabras salieron susurradas frustrantemente.

"¡Está bien! Si realmente crees que eres una exlerta sexual que necesita educarme porque siente lastima por mí, entonces tienes que probarlo."

Siyeon se reclinó en la cabina, una sonrisa de suficiencia se extendió por su rostro. Había algo sobre irritar a Minji que siempre le daba una sensación de satisfacción. Estaba mal, pero se sentía feliz de que solo ella pudiera obtener este tipo de reacción de la chica que normalmente era pacífica y serena. Al menos su apuesta estaba distrayendo a Minji de su ruptura, razonó Siyeon.

"Podrás experimentar algo que nunca haz tenido y yo fanfarronearé para siempre, así que suena como un trato justo. Si fallo, te compraré café por todo un mes. Pero si gano, tendrás que ayudarme con el papeleo del trabajo toda una semana."

"Está bien, es un trato." Minji dijo, extendiendo su mano que Siyeon agarró y sacudió como si hubieran hecho el más grande trato del siglo. Era el acuerdo más grande de la vida de Siyeon, al menos.

Una vez que ambas se soltaron, se sentaron en sus propios asientos, ninguna queriendo ser la que hablara sobre la promesa o cambiara de tema. Por suerte, Siyeon fue salvada por la campana, o al menor por el timbre de su celular. Era su compañera de trabajo, y Siyeon se dio cuenta de que tendría que pasar el resto del día en la oficina arreglando cualquier desastre que hubieran ocasionado. En un sábado, también.

"Tengo que irme a la oficina, pero te veré después en la semana."

Minji asintió, todavía asustada de hablar mientras veía a Siyeon prepararse para irse. Se veía como si estuviera intentando lo mejor para verse despreocupada, pero la rubia podía ver el nerviosismo en sus ojos. Siyeon tuvo que retener una carcajada mietras veía que Minji la miraba como un conejo asustado. Quería rematar el golpe antes irse, así que se inclinó mientras se paraba a un lado del asiento de Minji, susurrando en su oído. Su voz cosquilleando la sensible piel Minji, causando que las mejillas de la otra chica se sonrojaran.

"Solo quiero que sepas... Que mi último record es de cinco en una noche, y estoy esperando obtener una puntuación mayor."

La expresión de shock en la mirada de Minji fue lo último que Siyeon vio antes de dejar la cafetería, con una sonrisa presumida en su rostro mientras caminaba por las calles. Sentía una sensación de orgullo creciendo en su pecho.

Ella ganaría esta apuesta, le probaría sus habilidades a Minji, y haría que todos sus ex novios parecieran patéticos. Era una situación donde todos ganaban, sin importar qué.

No fue hasta que llegó a casa, que Siyeon finalmente se dio cuenta lo mucho que la había jodido.

Orgasm [𝐒𝐈𝐍𝐆𝐉𝐈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora