Los días siguientes, estaba un poco desanimada. Seguía trabajando desde casa, respondiendo a los pacientes sus consultas, trabajando en las bases de licitación. Pero cada día me daban menos trabajo y ya le habían asignado mi escritorio y el de Gabriela a otras personas.
Llamé a Gabriela, ella me subía mucho el ánimo, ya había pasado por algo similar en el trabajo había demandado y ganado la demanda. Así que estaba segura que todo saldría bien. Por otro lado, ella sabía toda mi historia con Mi General, lo conocía y yo me podía desahogar con ella, sabía lo feliz que me hacía verlo. Por eso siempre me repetía: "Cómete un limón antes de llegar a casa, para que no te vean tan alegre".
Mi marido había salido y cuando llegó, yo estaba tirada en la cama boca abajo, había dejado de hablar por teléfono y escuchaba: "No", de Gianni Bella, también refrescaba el mail, por si tenía otro correo del trabajo y pensando en mi incierto futuro laboral y afectivo.
Me dijo: "Cami quiero hacer esto, realmente lo quiero! Cumplirás tu sueño, ¡¡¡te llevaré a Miami!!"
Yo sentí mi cabeza volar, no entendía mucho... alegría, tristeza, asombro, rechazo, cariño e impotencia. Todo en uno.
Le pregunté: "¿Qué dices?, ¿Por qué?"
— Dos cosas Cami, te he visto muy decaída, sé cuánto querías estar en ese trabajo y sé lo que te has esmerado, incluso trabajaste en vacaciones desde Europa, contestando a los pacientes y resolviendo sus problemas, jamás has faltado, pero tú no necesitas a quién no te necesita. Para ellos eres absolutamente reemplazable.
— Se nota que me quieres animar— respondí.
— No es para que te "bajonees" más amor. Este viaje, será fabuloso, mejor que el de Europa, porque iremos solos y será nuestra reconciliación. Podemos volver a conectarnos y sentir, ¡Mírame!, ya estoy harto de hacerme el tonto con esta situación, estoy cansado de la pandemia, de las discusiones, de nuestra lejanía, de que no hagamos el amor como antes, nuestro matrimonio se está yendo a la basura y tenemos una familia. ¿Aún me quieres?, ¿Estás dispuesta a intentarlo?
Mi cabeza iba a explotar, pensé: "¿Qué le digo?"
Lo miré y vi sinceridad en sus ojos azules y alegría en sus palabras. Recordé nuestra niñez, ambos corriendo en la calle, jugando al "quita parejas", "la escondida china", "el pillarse chino" o cualquier cosa que nos diera una excusa para besarnos. Yo corriendo para alcanzarlo y robarle un beso, él dejándose alcanzar. Después mire a nuestros hijos jugando en la casa del árbol y todo lo que habíamos construido hasta ahí. Y le dije sí, amor. "¡Hagámoslo!", lo abracé y pensé: "¡Debo tomar una decisión!"
Me abrazó, me besó, me mostró el itinerario, las playas que veríamos, los estudios Universal, donde grabaron sus películas favoritas. Él estaba realmente emocionado, viajaremos a finales de octubre por dos semanas. Me dijo: "Cami este es el plan, tendrás que ver "Harry Potter", para que entiendas a donde vamos y tendrás que ver: "La Guerra de las Galaxias" o algo así. La verdad eso fue algo muy difícil de congeniar como pareja, porque me carga la televisión, me da lata verla, me quedo dormida cuando empiezan las películas, me da una sensación de inutilidad máxima, mientras me acuesto o siento a ver tele. Pienso: "Podría estar haciendo ejercicio, leyendo, planchando, lavando algo, escribiendo, cantando, subiendo un cerro, orando, caminando, teniendo sexo o cualquier cosa que me haga sentir que estoy viva y no que soy un espectador". Así que yo no aguantaba la tele en la pieza y él no la apagaba nunca, por lo que tomamos "turnos" para estar en la pieza. Generalmente yo estaba con los niños en el patio, o haciendo aseo o deporte y él veía sus "monos chinos".
Nuestro único punto de encuentro era la cama, pero las discusiones, las diferencias de crianza, la convivencia en pandemia, la costumbre y los hijos habían sido silenciosos culpables de nuestro desapego e indiferencia el uno por el otro.
Yo tenía un sueño, un sueño heredado, por lo demás. Así que era un sueño desde toda mi vida, desde que mi padre (él también era viejo, creo que de ahí heredé esos gustos, de hecho él tenía 64 años, cuando "me hizo") intentó viajar de "polizón" en un barco a EE.UU. y lo descubrieron, él siempre habló de lo lindo que sería ir y yo soñaba con ello.
Esta era una oportunidad muy real y cercana de cumplir el sueño, por ambos. Pero no estaba feliz, me sentía como la máxima estafadora y traidora de la historia. Quería ir, pero no con él. Cerraba los ojos e imaginaba a Mi General conmigo allá (sé que suena feo, malo y lo que quieran, pero era lo que sentía). Por eso la impotencia, de que él no abriera los ojos antes, de que tuviera que "jugársela" ahora. Cuando mi corazón, mi mente, mi alma y mi cuerpo le pertenecían a otro.
Él estaba tan entusiasmado, tan alegre, que me comenzó a contagiar, me dejé llevar y escuché cada cosa que quería hacer, cada plan, todo. Sonreí cada vez que me miraban sus grandes ojos azules.
Finalmente me besó, me tiró a la cama y me dijo: "Cami, quiero hacer esto bien, es mi última carta, yo aún te amo..." Se puso al lado mío y me tomó con cuidado y con amor como no lo hacíamos en más de un año.
Me hizo cariño en el pelo, me besó lentamente y comenzó a desvestirme. Cerró las cortinas, la puerta, los ventanales. Comenzó a decirme cosas calientes en el oído y meter su lengua en mi oreja, me dio vuelta en la cama, boca abajo. Se acostó encima mío, apoyando su peso en sus grandes brazos y mientras me hablaba y langüeteaba el cuello, yo sentía como su miembro crecía entre mis nalgas. Luego bajó, me lamió la columna de abajo hacia arriba mientras mi piel se engrifaba. Bajó más, me abrió las piernas y se ubicó en medio de ellas, me dio palmadas y me lubricó mucho con su saliva, mi marido era un animal, se transformaba en la cama, además tenía mucha fuerza como para tomarme y tenerme en brazos mientras me hacía suya. Le gustaba tenerme muy excitada, la cosa era desesperarme hasta pedirle que me penetrara.
Fue un momento muy rico, como que volvimos a tener conexión, me gustó que "tratara" de ser más "delicado" y que fuera de a poco.
Pero me sentía culpable como nunca. Confundida e infiel a ambos esta vez. Ahora tenía que tomar una decisión...
Comentarios del autor:
Espero tu like!
ESTÁS LEYENDO
Mi General
RomanceUna enfermera de 36 años, casada y madre, lleva una vida normal trabajando en una rama de las fuerzas armadas. Hasta que un día en un viaje de bus camino al trabajo conoce a quien sería el amor y la pasión de su vida. Un general de 60 años, atractiv...