8: "Hola, Milán"

335 43 1
                                    

Sol

La palabra nerviosa queda corta para expresar lo que siento ahora mismo.

—Qué tal si me caigo por las escaleras y todos se ríen de mí—le digo a Saturno—. Me pasó en Australia y fue muy vergonzoso no quiero que me pase aquí.

—No pasará eso, Sol, tú tranquila.

—¿Tranquila? Estoy tranquila, solo pienso futuros alternativos en donde todo sale absolutamente mal así estoy preparada para afrontar la situación.

—Okey, entonces intenta hablar más lento e intenta respirar. No necesitas futuros alternativos todo saldrá bien.

De seguro algo me pasará y quedaré como ridícula, está en mi naturaleza.

—¿Puedes sentarte a desayunar?—me dice Saturno mientras ve cómo camino de un lado al otro.

Está untando la manteca sobre la tostada con tanta tranquilidad que me estresa y hace que me altere más.

—Si como algo ahora voy a vomitar, de eso estoy segura.

—Si no comes algo se te bajará la presión y te desmayarás y ahí sí pasarás mucha vergüenza, así que come.

Le hago caso y me siento a comer.

Estoy pensando en todo. Hoy es mi primer día en la universidad y estoy muy nerviosa.

¿Qué tal si voy mal vestida? Una estudiante de moda no puede ir mal vestida los profesores me verán y me van a desaprobar directamente.

Pero, como me dijo que amiga debo calmarme.

Empiezo a respirar y prepararme el desayuno, esa acción me trae paz y logro tranquilizarme un poco.

Saturno me habla sobre algo de su hermano mientras voy por la mitad de mi té.

—Ay, mierda, olvidé maquillarme—recuerdo y me vuelvo a alterar—. Mierda, mierda, mierda.

No estoy en condiciones de maquillarme, me tiemblan las manos, así que le pediré ayuda a Libra.

Me levanto de la mesa rápido y voy casi corriendo a su departamento, por suerte está al lado del mío.

—¡Libraa!—grito mientras toco la puerta.

Estoy un rato afuera golpeando hasta que ella me abre y entro a su casa sin pensarlo dos veces.

—Eh, Sol...

—Necesito tu ayuda, tengo que maquillarme y....—no termino la frase porque veo desnudo a Mercurio—. ¡Perdón, perdón, perdón!—digo tapándome los ojos, de fondo se escucha la risa de Libra y como Mercurio busca una manta—. No era mi intención verte las pelotas.

—Ay, ya, ni que fuera la gran cosa—dice Libra.

—¡Eyy!—la regaña Mercurio, quien está tapado con una manta—. Está bien Sol, no pasa nada.

—Ah, cierto que eres lesbiana—Libra agarra una lata de Coca-Cola y la abre—.¿Has visto penes antes?

—Mm, un par de veces por fotos—le contesto.

—Ah. ¿Qué decías antes de ver a Mercurio?

—Ah, sí, necesito que me ayudes a maquillarme

—Claro, ven—me agarra de la mano y me lleva para el pasillo—. Y tú ponte pantalones, depravado—le dice a Mercurio.

—¡No soy depravado!

Libra me lleva a su habitación y busca su maquillaje, mientras tanto me siento en una silla y ella pieza a maquillarme.

Ya Que el Destino Nos SeparaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora