41: "¿Quién es el culpable?

239 40 1
                                    

Perseo

Acabo de lograr que Sol se duerma. Ha estado llorando hace dos horas en mi cama y ya no sabía qué hacer para poder tranquilizarla, ahora duerme aferrada a un oso de peluche que tengo.

Sus labios están en forma de corazón y sus pestañas rozan sus mejillas, sus ojos están rojos e hinchados de tanto llorar mientras abraza a aquel oso.

Voy a matar a Andrómeda.

La tapo con una manta y salgo de mi habitación para que pueda dormir tranquila.

Mi perro, Tommy, me sigue hasta la cocina dónde está mi amiga mirando para abajo. No me ha mirado, sabe que si lo hace yo le regalaré una mirada para nada amistosa.

Me siento delante de ella con los brazos cruzados, por fin se digna a mirarme a la cara. Su maquillaje está un poco corrido y para nada está peinada.

—¿Estás contenta? —le pregunto.

No me responde, solo me mira seria.

—Pregunto porque sé cuentas ganas tenías de besarla y como por fin se cumplió tu sueño quiero saber qué piensas.

—Vete a la mierda.

—No, tú vete a la mierda—le respondo enojado—. ¿Cómo se te ocurre hacer algo así?

—Tampoco fue tan malo.

—Sí, lo fue. Literalmente te aprovechaste de una chica drogada.

—Yo no hice eso...

—¡Sí, lo hiciste! ¡Dios, An, abre los ojos de una vez y date cuenta que estás siendo muy egoísta con Sol!

—¡Tú deja de meterte es problema mío y de Sol! —me grita.

—¡Sol es mi amiga y si veo que alguien le está haciendo daño lo evitaré porque la quiero! —le grito—. Tú sabías muy bien que ella no quería besarte y lo hiciste de igual manera.

—Tú no sabes lo que ella quiere.

—Tal vez no, pero sé que no quiere y déjame decirte que tú formas parte de esa lista.  An, te aprovechaste de una chica drogada.

—¡Qué no hice eso! ¡Yo me le acerqué y pensé que ella quería un beso, me dijo que quería que me sintiera mejor!

—¡Bueno, pero lo tomaste para otro lado! Andrómeda, si tu jueguito hubiera seguido esto habría sido abuso sexual y créeme que si eso llegaba a pasar yo sería el primero en denunciarte.

Ella me mira un poco impactada, tal vez traicionada.

Somos amigos desde siempre. Casi somos hermanos y la amo con toda mi vida, pero esto no se lo pienso dejar pasar.

Le dije un millón de veces que se borrara la idea de tener algo con Sol y no me escuchó, y ahora aquí estamos.

Ella se aprovechó de Sol y ni siquiera lo admite. Puede que sea mi mejor amiga, pero Sol también lo es y quiero lo mejor para ella y quiero que Andrómeda se dé cuenta que lo que hizo está muy, pero muy mal.

—Ay, por favor, tú harías lo mismo que yo—con cada palabra suelta hace que me enoje más. ¿En serio me está diciendo eso?

—No, no lo haría.

—Tienes que ser sincero, a ti también te gusta Sol.

— ¡¿Y eso qué tiene que ver, Andrómeda?! —le grito—. ¡Sí, me llegó a gustar Sol y mucho, pero cuando me enteré que estaba en una relación muy estable me alejé y es lo que debiste hacer tú, no seguir insistiendo!

Ya Que el Destino Nos SeparaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora