"Los Jeon" -민에 (KookGi)

•10•

La lluvia caía con demasiada fuerza, el cielo estaba tornado de un gris oscuro que solamente lograba herir más su corazón, el frío viento que soplaba moviendo las hojas de los árboles, haciéndolas caer.

Ni siquiera la sombrilla que sostenía lograba cubrirlo del todo de aquella lluvia infernal, las gotas lograban empapar gran parte de aquel traje negro que portaba con tanto dolor, pero realmente, ni siquiera le importaba.

Su pecho se sentía vacío, pero al mismo tiempo sentía un terrible dolor en él, sus ojos no hacían más que mirar fijamente aquel agujero en la tierra, en el cual iban metiendo poco a poco aquella caja de madera donde dentro yacía el cuerpo sin vida de aquel que fue su mejor amigo, ni siquiera podía llorar, no podía soltar ninguna lágrima, porque más que tristeza sentía coraje.

Sentía que todo era su maldita culpa, sentía que nada de eso hubiera pasado si tan solo hubiese hecho bien su trabajo, pero lo hecho hecho estaba, y era una mierda.

Mientras echaban tierra encima de aquel ataúd, y él retenía sus ganas de gritar que por favor todo fuera una mentira, una maldita broma, alguien más apareció a su lado tocando su hombro en un fallido intento de brindarle consuelo.

Cuando le dirigió la mirada, este le regaló una de las sonrisas más burlonas que hizo hervir su sangre, se estaba burlando en su cara, y él ni siquiera podía moverse, ¿por qué su cuerpo no reaccionaba?.
El otro se acercó hasta su oído, sin borrar aquella maldita sonrisa.

–He ganado... otra vez...– Susurró.

♠️

Yoongi despertó abruptamente, la respiración agitada, su corazón latiendo como loco a punto de salirse de su pecho, había tenido aquel sueño nuevamente, esa maldita pesadilla que no dejaba de torturarlo desde aquel día.

Ya había pasado dos semanas desde lo sucedido en la casa Kim, que al final de cuentas no resultó ser de los Kim, sino más bien de los Choi, y desde ese día, esa maldita pesadilla se proyectaba casi diario mientras dormía.

Sentado en su cama, y ya un poco más tranquilo, volteó hacia su izquierda, donde se encontraba su mesa de noche donde yacía su reloj el cual marcaba las cuatro de la mañana, emitió un pesado suspiro mientras frotaba su rostro con frustración, estaba cansado, demasiado.
Aquel estúpido sueño no lo había dejado descansar bien, necesitaba como mil horas de sueño, quizá no despertar nunca.

–¿Sucede algo?...– Escuchó a su lado derecho.

Dirigió su mirada hacia donde la voz somnolienta, JiEun lo miraba fijamente, esperando alguna respuesta, con un toque de preocupación en su mirada.

Aquella mirada que lo hacía sentir demasiado culpable, pues Yoongi sabía que esa chica le estaba brindando demasiado cariño y apoyo, y él solo quería usar su cuerpo, porque el cuerpo que realmente deseaba no lo veía desde hace dos semanas.

Yoongi llevaba acostándose con JiEun desde ese día, y siempre después de haberse tomado algunas copas, aunque al despertar el sentimiento de culpa siempre lo abrumaba seguía repitiendo la rutina.