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Jungkook sentía las miradas de todos los soldados sobre él, jamás alguien aparte de los del clan lo habían visto sin la máscara, debía admitir que tenía un poco de miedo, un error y era su fin.
Tener su rostro al descubierto lo hacía sentir vulnerable y desprotegido, pero debía actuar normal, como si todo estuviera bien y él fuese un simple asistente y no un maldito asesino.

Aún así, la adrenalina por estar de esa manera tan casual con el enemigo lo hacía sentirse un poco emocionado también.

Había analizado a cada uno con tan solo mirarlos, muchos de ellos no eran más que imbéciles debajo de un uniforme, otros parecían tener experiencia y luego estaba aquel hombre pálido y de mirada seria.

Aquel le causaba intriga, parecía ser la cabeza del lugar a parte del que ya sabía era el general, hablaba siempre con su voz de mando y dando ordenes, caminaba con la cabeza en alto y muy confiado de sí mismo.
De tan solo pensar que de no ser porque se dejó llevar por la amabilidad que mostró hacia él cuando se conocieron ya lo hubiese matado, y vaya que hubiese sido un gran orgullo matar a una persona que se veía demasiado poderosa como él.

Pero se decía que quizá no sucedió porque otra oportunidad tendría y sería mucho más divertido, esperaba que fuera de esa manera.

Mientras esperaba pacientemente a que el café de Seokjin estuviera listo, miraba al rededor del lugar, comenzando a concentrarse en su misión y no en las miradas sobre él.

"Los archivos deben de estar en un lugar que no esté a la vista", recordó la indicación de Kim.
Recorría con su mirada cada cubículo de los soldados y cada puerta al rededor preguntándose donde estarían esos mentados archivos y, sobre todo, cómo entraría a robarlos sin que nadie se diera cuenta.

Según Seokjin, aquellos archivos eran de suma importancia, serían una pieza fundamental para que Seokjin lograra expandir su terreno en toda la ciudad y en varias más, eso dijo él, pero realmente a Jungkook no le importaba, solo debía seguir órdenes y listo.

–Hola...– Escuchó de pronto.

Brincó del susto con aquella voz repentina que se hizo presente, volteó de inmediato hacia donde la voz y ahí pudo ver a aquel soldado que le causaba intriga.

Vaya que era sorprendente, podría pensar que tenía personalidad múltiple, ahora lucía amable y confiable, y tan sólo hace una semana tenía en su mirada deseos de asesinar a todos sus hombres y a él en especial.

–Oh, lo siento no quise asustarte...– Le sonrió amablemente.

Jungkook se sorprendió, su sonrisa era muy bonita, ¿ese era el mismo que casi lo mata?.

Sin embargo, Jungkook sabía perfectamente que no podía salir palabra alguna de su boca, sino tendría serios problemas con Seokjin por desobedecerlo.

–Vine por un poco de café...– Sonrió nuevamente.

Jungkook solamente asintió y se hizo a un lado, Yoongi lo miró un poco confundido, desde que había llegado no había dicho palabra alguna y solo se limitaba a asentir o negar con su cabeza.

–Oh, ya lo estás haciendo, ¿te importa si espero aquí?– Preguntó Yoongi.

Jeon negó con su cabeza y desvió su mirada alejándose un poco más del coronel.
Debía admitir que sonaba amable y lucía como una persona que lo era, habría quedado maravillado con él de no ser porque había conocido su otro lado.

Le gustaban las personas que eran así, que tenían un lado amable y lindo y otro perverso y asesino.

–¿Siempre acompañas a Kim en su trabajo?– Preguntó Min tratando de hacer platica.

"Los Jeon" -민에 (KookGi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora