CAPÍTULO 1.4 - Una discusión inesperada

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De nuevo sonaba mi alarma. Aquel lunes 28 de noviembre esperaba ser un día estresado, ya que en mi agenda estaban apuntados un total de tres exámenes. Aparte, en Mission, el invierno profundo había llegado. Por ese motivo, empecé a despertarme un poco antes para ducharme con agua caliente y vestirme rápido para estar en temperatura.

Bajé a la cocina a prepararme un café caliente con un terrón de azúcar. Además, cogí un trozo de bizcocho que preparó mi padre antes de irse. Aunque estaba un poco seco, seguía estando bueno.

Salí a la calle bastante abrigado. Aún no había salido totalmente el sol. Se podía ver un bonito color naranja detrás de las montañas y unos pocos rayos de sol iluminaban algunas partes de las calles de Mission. Una pequeña capa de hielo se extendía por la mayoría del asfalto de la ciudad. También, se lograba observar los cristales empañados de los pocos coches que se encontraban en la calle, que sobre todo, pertenecían a personas que disponían de otro vehículo, el cual consideraban más importante para resguardarlo bajo techo. Por el camino, me crucé con diferentes personas. Algunas paseaban a su mascota, otras se dirigían a trabajar, y pocas hacían deporte. Además, pude ver a la lejanía el coche de la familia Morgan, con el cual, en invierno, llevaban a Michelle al instituto. Así que durante unos meses, no estaría acompañado.

- Buenos días, Olivia - saludé al llegar al instituto.

- Hola Jack.

- ¿No has venido con Emily?

- No, me ha dicho que venía con William.

- Ya tardaba en dejarnos de lado. Todos hacen lo mismo. Acuérdate de Ellie, que incluso se fue de aquí para vivir al lado de Aaron. Creo que era en Kamloops - dije.

- Tampoco te pases, me ha dicho que solo era hoy, que quería hablar con él. Y hablando de Ellie, yo me hablo con ella por chat, es verdad que poco, pero de vez en cuando me pregunta como va todo y alguna vez me ha reaccionado a una historia de Instagram. Y con Emily hace lo mismo, o eso tengo entendido.

- Pues a mí, ni un "¿Cómo estás?" - comenté

- Pero tú no eras tan amigo de ella, incluso te pegaste con Aaron cuando vino.

- Se lo merecía, me dijo todos los insultos existentes cuando lo separé para que no se peleará con Oliver.

- Pff, que gran mediador eres, eh.

- Qué graciosa - dije indignado.

Hubo un pequeño silencio en nuestra conversación mientras iba llegando gente. En el ambiente se notaba un cierto estrés, provocado seguramente por los últimos crímenes y porque los exámenes finales empezaban a llegar.

- Por cierto, ¿no has visto a Michelle? He visto pasar su coche hacia aquí. Me imagino que ella iba dentro. Me ha dicho que no la fuera a buscar.

- Sí, la he visto. He estado un rato hablando con ella. Se ha ido a los bancos del patio con una chica.

- ¿Con cuál? Ves, ya está ligando otra vez.

No comenté su relación con Kylie porque no sabía si Olivia tenía información al respecto.

- No sé, creo que era de segundo - comentó.

Nuestra conversación se paró por unos gritos, de una voz conocida, que superaban al ruido que generaban una gran cantidad de adolescentes.

«¡Muy bien Emily! ¡Que te den por el culo!»

«¡A ti también, William!»

Sí, sorprendentemente, eran Emily y William discutiendo a gritos. Podía esperar que Michelle se discutiera con Kylie, que Olivia se peleara con su nuevo novio, un chaval llamado Thomas Brown que asistía a nuestra clase. O que cualquier pareja del instituto se enfadara. Pero nunca, que ellos tuvieran una discusión. Podríamos decir que fue una discusión inesperada. Eran, según Emily, hechos el uno para el otro. También comentaba que era lo mejor que le había pasado en su vida, la mejor persona que había conocido. Todos opinábamos que eran un noviazgo muy cursi. Siempre que disponían de tiempo, los podías ver abrazándose o dándose besos, pocos en la boca.

Fue Olivia la primera en decir algo. Los dos estábamos sorprendidos.

- ¿Qué habrá hecho William para que ella no intente arreglarlo?

- Algo bastante fuerte, o puede ser que sea Emily la que se haya tomado muy mal una tontería. Muchas veces pasa. Acuérdate cuando le rompiste su nuevo collar de 50 euros el invierno pasado, en los juegos de nieve de la hípica. Te dejo de hablar durante un tiempo.

- Ya, pero no creo que sea así en este caso. Para ella es lo mejor que le ha pasado - vaciló.

Antes de hablar, miré mi teléfono para ver que hora era, ya que había perdido la noción del tiempo mientras mantenía aquella conversación con Olivia.

- Ostia, son las 8:01. Vamos tarde - dije.

- Da igual, no considero que nos vayan a poner falta. Si está todo el mundo aquí. Aun así, vamos a entrar.

Olivia tenía razón. Se podía observar una multitud dividida en diferentes grupos. Algunos hablaban sin darse cuenta de la hora. Otros, ya se dirigían hacia la entrada. La mayoría de los chavales del equipo de fútbol americano se encontraba cerca de William, preguntándole el porqué de esos gritos. Así mismo, algunas chicas cuestionaban a Emily sobre la discusión.

Nosotros nos unimos aquel grupo responsable que no quería recibir ningún tipo de nota negativa por llegar tarde a clase. Además, a primera hora teníamos examen de lengua francesa, así que no queríamos perder más minutos.

- Por cierto - dije mientras ya nos dirigíamos a nuestra clase por el pasillo principal - ¿Dónde está Oliver? Michelle me has dicho que estaba con una chica, pero en ningún momento lo he visto.

- Yo tampoco. Me imagino que estará en clase, no se le da muy bien Francés - finalmente, ese día, Oliver no asistió al instituto.

No contesté porque ya llegábamos a nuestra clase y no quería seguir hablando. Empecé a concentrarme para sacar una buena calificación.

- Buenos días - saludamos Olivia y yo.

- Buenos días - contestó la Sra. Dubé - No les pongo un retraso porque son los primeros en llegar. Pero la clase comenzó hace tres minutos.

- Perdón Sra. Dubé - dijo Olivia.

- No pasa nada. Tomar, - dijo mientras nos daba el examen, el cual tenía dos páginas y un total de 8 ejercicios - pueden comenzar la prueba.

He de comentar que la Sra. Dubé era una mujer mayor, de unos 60 años, que nos trataba de usted. Sobre todo a los alumnos que eran respetuosos en sus clases.

Por lo demás, el día fue, como esperaba ser, un día estresado. La verdad es que saqué muy buenas notas en aquellos exámenes. En el de primera hora saqué un nueve y medio. En el de lengua castellana, un siete y medio. Y finalmente, en el de Biología obtuve un diez. Únicamente quiero destacar la conversación que tuvimos con Emily en la hora del recreo.

- Oye, ¿qué ha pasado con William antes de entrar? - preguntó Michelle sin haber estado cerca de la discusión.

- Nada.

- Pero Emily, si os habéis mandado a tomar por el culo a grito pelado - insistió Olivia.

- ¡Que el gilipollas quedó con una amiga suya de un campamento, de no sé donde, y dice mi vecina que los vio abrazados!

- ¿Y qué dice él al respecto? - pregunté.

- Que solo la abrazó. ¡Pero es que no tiene que ir abrazando a otras chicas! ¡Y encima a escondidas!

- Creo que lo estás exagerando todo un poco - comentó Michelle entrometidamente.

- ¡Eso ha dicho él! - dijo Emily enfadada y se marchó.

Michelle tenía razón. Realmente Emily lo estaba exagerando mucho y aparte, desde mi punto de vista, era una tontería. Entonces recordé la conversación que tuve con Olivia por la mañana.

- Ves, te lo he dicho. Se ha enfadado por una tontería.

- Es verdad, - rio Olivia - pero no pensaba que incluso lo hiciera con él.

Michelle no dijo nada, aunque tenía una cara de no entender ni una sola palabra.

Realmente, no hice nada esa tarde, únicamente me senté en el sofá y me dispuse a ver el primer capítulo de "Stranger Things", una serie que había salido aquel 2016 y que tenía unas reseñas muy buenas.

LA VERDAD TRAS EL CRISTAL - Diego EscamillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora