CAPÍTULO 1.6 - Nuevas relaciones

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Deberes y exámenes fueron las principales causas por las cuales las dos primeras semanas viviendo junto a mi madre pasaron en el tiempo que tardas en perder el tren. Aunque sí llegué a apreciar un cambio en el ambiente. De vez en cuando se escuchaban diferentes conversaciones entre mis padres, cosa que nunca había pasado, ya que mi padre no tenía con quién intercambiar palabras, ideas u opiniones. Además, le notaba con más energía y podía observar diferentes sonrisas en su cara que nunca antes había visto.

Aquel 12 de diciembre, me levanté más alegre por qué, hasta el viernes de esa misma semana, no tenía ningún examen. Aparte, los dos que tendría que realizar eran bastante sencillos. Así que decidí que ese día, dedicaría la tarde a estar con ella y coger aún más confianza. Y también, volvería a comentarle a Michelle la idea de conocerla, así me ayudaría a cumplir mi objetivo.

Realmente, este capítulo, es para hablar sobre las nuevas relaciones que se presentaron y se forjaron en mi vida durante esa época. Así que, sobre el instituto, hablaré lo justo y necesario.

- ¿Te apetece venir a casa? - pregunté a Michelle.

- Venga, va, quiero desconectar un poco y aprovechar la pausa de exámenes.

- Mi madre me comenta bastante que te quiere conocer - reconocí.

- Que quieres que te diga, yo también.

- Pues... Espérame a la salida, que quiero preguntarle al señor Grant sobre la clase de esta mañana, que no he entendido un apartado de su explicación.

- Está bien.

Como me había dicho, Michelle me esperó a la salida y los dos nos dirigimos hacia mi casa. Ya se podían observar algunas casas con diferentes decoraciones navideñas. Unas con luces, flores, árboles, ... Y otras sin tantos objetos. Unas con más trabajo detrás y otras con menos. Pero hubo una que me llamo mucha la atención. Tenía completamente decorado un gran árbol natural situado entre el camino de la entrada y el del garaje, que te transmitía un verdadero espíritu navideño.

- ¡Qué bonito! - exclamó Michelle.

- ¡Es impresionante! ¿Cómo habrán logrado subir esa enorme estrella a la punta del árbol?

- No tengo ni la más remota idea, pero da igual, les ha quedado espectacular.

Continuamos nuestra caminata intentando no resbalar, ya que aquella fina capa de hielo que se expandía por el asfalto de Mission en las mañanas de noviembre, ya permanecía durante todo el día. Llegamos a mi casa, y antes de entrar, me pasó una idea por la cabeza. Por el hecho de que quería estar junto a mi familia, pensé en decirles de decorar nuestra vivienda como la mayoría del vecindario. Decidí, que cuando Michelle se fuera, lo comentaría.

- ¡Hola! Ya estoy aquí - saludé intensamente.

- Hola Jack, ¿cómo ha ido todo? - preguntó mi madre

- ¡Bien! - contestó espontáneamente Michelle.

- ¡Uy! ¿Quién es ella?

- Es Michelle, mi otra mejor amiga.

- Ah. ¡Qué ganas tenía de conocerte!

- ¡Y yo a ti!

Y sorprendente e inesperadamente, se abrazaron con ganas, como sí se conocieran desde hace tiempo. Como sí, durante todo el tiempo que mi madre estaba en España, hubieran tenido una conexión especial a distancia. Pensándolo bien, eso era típico dentro del carácter de Michelle, aunque me resultó raro porque no se habían visto nunca.

- ¿Queréis merendar algo?

- No estaría mal, pero... ¿Podemos hacerlo sentados en el sofá, con la chimenea encendida?

LA VERDAD TRAS EL CRISTAL - Diego EscamillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora