Capítulo 19: Clases

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Estaba a cuarta hora, dando matemáticas, pero no me encontraba muy bien, tenía frío, me dolía la cabeza y sentía pinchazos en el estómago.
No conseguí que cambiasen a Hugo de mi lado, por lo que lo medio aguantaba en clase, hablábamos lo mínimo, me pasaba el rato girada para atrás para hablar con mi hermano y escribiendo a Mai por whatsApp, ella me decía que en su clase también había mucho insoportable.

Todavía no había hecho caso a mí abuela y no había escuchando a Hugo. No era porque no tuviera ganas, de verdad que me moría de escuchar las mentiras que Hugo debía de contarme, pero entre que últimamente no me encontraba bien, y que teníamos un montón de exámenes para acabar el primer trimestre, no daba a basto.

Mi relación con Sam, se había distanciado, ella pensaba en lo mal que lo había hecho con Hugo y que él solo quería encajar, y blablabla. Tampoco le molaba que me hubiera juntado con Mai, ya que iba detrás de su chico, mi hermano. A ella no le gustaba que a la relación de mi hermano y Mai no me opusiera, pero a la de ella y mi hermano así.

- Eva María Barreiro, la he llamado 5 veces, salga a corregir el ejercicio
- Perdona Marta, no me encuentro muy bien
- Ahora que me fijo, si que estás un poco pálida, Hugo sal tu
- Gracias Marta
- ¿Necesitas salir?
- No gracias. Eric déjame tu chaqueta
- Toma pequeña
- Gracias
- Cualquier cosa soy tu hermano, avísame
- Que si bonito
- Vale pequeña

Mire a mi hermano y le sonreí, pese a que no estaba bien. Sentía que me desvanecía por momentos e incluso en un momento senti como que se me caía la cabeza, vi a Hugo girarse muy rápido y a la profesora mifarme

- EVA
- Estoy bien, estoy bien
- Hugo, Eric llevad a Eva a enfermería
- Marta estoy bien
- Eva cielo, no lo estás ves a la enfermería
- Vale vale.- Salimos fuera y pasó lo que menos quería, Eric encarándose a Hugo.- Ey.- Ni caso.- EEEEEY LOS DOS, YA. ERIC PÁRATE. Sabes que odio cuando te pones en plan idiota, Hugo ahora no te ha hecho nada, solo me está ayudando
- Perdón, lo siento
- Una tregua por favor
- ¿Que pasa Eva?
- Tengo calor, frío, me dan pinchazos en el cuerpo me duele todo
- Creo que esto no debe verlo una enfermera, si no tu abuela
- ¿Tu que sabes?
- Son pinchazo generalizados y no es algo concreto
- La abuela no está
- Eric, vamos a casa y llama a Mai
- ¿Que tienes en mente hacer caso a Hugo?
- Si, Eric, si me desmayo, que no lo descarto, que Hugo se encargue de que Mai vaya a casa y nos ayude
- Vale pequeña

No sé cómo llegamos a casa, pero me desperté en el sofá, con cuatro cabezas mirándome fijamente. Me sorprendía que Sam estuviera allí, no la había mandado venir, no tenía muy claro que quisiera que estuviera allí

- Evaaa
- Hola Mai
- ¿Que hacemos?
- ¿Que necesitas?
- No estoy para pensar, por lo que llama a la abuela, cuéntale todo y que te guíe por teléfono es la mejor opción
- Hablo yo con ella
- ¿Tu? ¿Que pasa llegas la última y te quieres poner la primera?
- Mai mejor que se ponga en altavoz y tu vas ahveifmo lo que te diga
- Estupendo
- Marco ahora mismo
- Gracias

Mi abuela cogió enseguida el teléfono y al contarle cómo estaba, dijo que había que pasarme una canica por el cuerpo y que si se fragmentaba teníamos un problema. No la pasaron por medio cuerpo y ya se había roto, cosa que a mí abuela le alarmó bastante, empezó a gritar alarmada, pero al escuchar la voz de Hugo se relajó bastate y es que ella sabía que si Hugo estaba ahí no me podría pasar nada. Hizo a Mai cortar un limón en cuatro partes y ponerlas en platos de cristal, un plato por cada trozo de limón. Después tuvo que rociar el limón con sal purificada de luna y de humo, en una cantidad muy abundante y rebozarlo bien, para que quedase muy impregnado, lo siguiente fue hacer con la sal que quedaba en el plato un círculo en el centro y colocar en limón rodeado de la sal que quedaba, al limón por encima le echó sal negra, chili y pimienta negra, sabia blanca, y tres clavos de especia y otros tres de metal para clavarlos en el limón, después colocaron en las cuatro esquinas de la casa los platos, pero no debían estar a la vista.
Y la verdad es que fue mágico porque a los 10 minutos ya me encontraba genial

- Es un hechizo para proteger y devolver el mal, de ahí los chiles
- Osea que ya estás bien
- No funciona así Hugo, pero gracias por preocuparte. Esto que voy a decir va a sonar muy mal, pero Eric podrías ir sin matarte con Hugo a comprar donde Encarna y no me mires así, os mando a los dos porque necesito zumo de naranja unos 5 litros, y 5 kilos de patatas y 2 bandejas de heura o seitan o soja o lo que haya
- Iré con él y no nos vamos a matar
- Gracias
- ¿Es para un conjuro?
- No, es porque voy a haceros de comer y necesito, zumo de naranja para recuperarme y voy a hacer patatas fritas y algo vegano para Mai
- Vale gracias
- Tu Sam puedes o irte o quedarte lo que quieras
- ¿Así tratas a tu mejor amiga?
- Yo entiendo que Hugo es tu hermano y tal, pero no fui yo la que eligió no hablarme unos días sabiendo lo que había hecho
- Se que me meto donde no me llaman, pero Eva no deberías discutir no cuando acabas de salir de ese estado
- Tienes razón
- Te llama tu abuela
- Gracias Mai. Dime abuuu
- Estás mejor
- Si
- Se quién te hacía daño, porque al devolverle el dolor para que la energía estuviera en su sitio me ha llamado urgentemente para saber que la estábamos haciendo
- ¿Quién?
- Tu madre, era un intento de que volvierais a sus brazos, sabe que Eric es débil y haría cualquier cosa por ti
- Joder
- Tranquila pequeña, he hablado con unas amigas y bueno, no la vamos a hacer daño, pero si haremos algo, para que no pueda volver a haceros daño, ni a ti ni a Eric
- Gracias Abu
- Disfrutad de tus amigos pequeña y habla con Hugo o escuchale por lo menos
- Vale abuela, te quiero
- Y yo
- Nos vemos el viernes. Mai, Mai, a que no sabes quién era
-¿Quién era quien brujita?
- La que me hacía daño
- ¿Y quién era?
- Mi madre, si me hacía daño, pensaba que Eric y yo volveríamos
- Que imbeciles son
- Razón no te falta Mai

La magia no está solo en los cuentos (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora