𝟐𝟏

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¿Alguna vez te preguntaste qué estará haciendo?
¿cómo todo se convirtió en mentiras?,
algunas veces pienso que es mejor,
nunca preguntarse: ¿por qué?

El cuerpo del abogado tembló ante la ronca voz de Minho, tan molesto como se veía a Hyunjin le causaba un estremecimiento que no paró sino hasta llegar a la boca de su estómago, comenzando una tempestad en sus entrañas.

-Yo no, no he...

-Basta, Hyunjin, debes dejar de mentirme.

El doncel estaba enmudecido.

-Te escuché hablando con tu madre y sé que hay algo que no quieres decirme. Quiero que confíes en mí.

Empero, en ese caso parecía que la confianza no sería suficiente, necesitaba más que confianza y valor para soltar una bomba así de grande. Hyunjin pensó que quizás nunca tendría lo necesario para decirle la verdad.

No obstante...

Parecía que el momento llegó, el tan ansiado momento para contar la verdad estaba frente a sus ojos, y aun así era incapaz de tomarlo. Hyunjin sentía sus cuerdas bucales trepidar asustadas de que de ellas saliera todo lo que no quería decir.

-... Soy un doncel -murmuró con la cabeza gacha.

Donde hay deseo,
va a haber una llama,
donde hay una llama,
alguien debe quemarse.

La estupefacción no cabía en el rostro de Minho, sus ojos ampliamente abiertos escrutaron a su novio, buscando un deje de broma entre sus palabras, pero no encontró nada. Y de pronto su corazón se agitó ante la idea de haber concebido un bebé, el revoltijo en su estómago le provocó náuseas... Quizás no estaba preparado, o no quería prepararse para ello.

-¿Qué dijiste?

-Soy un doncel, Minho, y-yo puedo-

-Sé lo que significa -masculló sin querer, interrumpiendo al muchacho-. ¿Por qué no me lo dijiste?

-Porque no lo sabía, no hasta hace un par de días que me hice una prueba en el hospital

-¿No sabías que podías concebir? -bramó Lee.

pero solo porque quema,
no significa que te vayas a morir,
tienes que levantarte e intentarlo, e intentarlo, e intentarlo,
tienes que levantarte e intentarlo, e intentarlo, e intentarlo,
tienes que levantarte e intentarlo, e intentarlo, e intentarlo.

Hyunjin respiraba agitado, controlando el inminente llanto que pujaba por salir. Estaba tan asustado, y Minho lo sabía, pero por mucho que le doliera ver a su pequeña princesa así necesitaba respuestas.

-De no haber venido aquí hoy, ¿por cuánto tiempo me lo hubieses ocultado? ¿Hasta que el bebé naciera?

-Ni siquiera sé si estoy embarazado. Yo..., sólo estaba asustado, tenía miedo de cómo reaccionaras.

-¿Y cómo esperabas que reaccione?

-Esperaba que no me enjuiciaras aquí mismo -soltó disgustado-. Ni siquiera parece que quieras escucharme y lo único que te importa es... culparme por esto.

Es divertido cómo el corazón puede ser engañoso,
más que solo un par de veces,
¿por qué nos enamoramos tan fácilmente?
incluso cuando no es correcto

El oficial soltó un fuerte resoplido al reparar que Hyunjin ahora no estaba sino molesto. Una pelea marital era lo que menos necesitaban en el trabajo, pero, quizás, era inevitable.

-¿Por qué es mi culpa ser un doncel? -le preguntó con la voz dolida-. No lo sabía. ¡Maldita sea!

Él tomó un respiro al sentir que su ira se desbordaba por sentirse incomprendido. Si bien sabía que debió decirle a Minho en cuanto tuvo dudas, y mucho más cuando supo que podía concebir, pero el otro estaba siendo injusto porque para crear a un bebé se necesitan dos, y al parecer Minho no estaba ni de cerca conforme con la situación.

pasión en la miraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora