Capitulo 1

44 4 3
                                    

Camila Felton.

La alarma no para de sonar, algo estresada por el pitido que no deja de retumbar en mis oídos, alzó la cabeza y me encuentro en la biblioteca. Las personas caminan de un lado a otro, algunos medio arreglados, otros desarreglados y... Estoy yo, con pantalones de pijama rosa, camiseta blanca y unas crocs negras. Guardo los audífonos, tomo mis cosas y salgo, dirigiéndome al pasillo, en donde se encuentra otra revoltura de estudiantes. Las clases cada día me dejan mas agotadas, a veces pienso en dejarla pero por otro lado no me veo haciendo otra cosa así muera de hambre el resto de mi vida.

Me subo a mi auto, mientras coloco una de mis canciones favoritas de Taylor Swift, "The Way i loved you" comienzo a cantar o mas bien gritar como loca al tiempo en el que trato de calmarme teniendo en cuenta el tráfico tan horrible que se hace devuelta a casa (a veces), no soy tan fan de la música pero las de Tylor son las únicas que me motivan mientras hago cualquier cosa, detesto la sopa maruchan aunque mi madre sea la fan número uno de ellas, no me gusta ordenar pero a veces no tolero el desorden y eso me obliga a acomodarlo todo (aunque a los 3 días vuelva a ser el chiquero de siempre)

Me gusta pintar, por eso estudio bellas artes, cuando era niña mi pasión eran los libros pero ahora solo me aburre leer historias que se basan en la imaginación/ficción de una persona, he intentado buscar otros géneros de lectura pero ninguno logra llamar mi atención como tal...y aparte me da pereza leer.

Aparco el auto en casa, me bajo y abro la puerta. No hay nadie por lo que veo... Bostezo tiro los zapatos y cuando me tiro en el sofá caigo de boca al suelo cuando Arti pega un grito, y al mismo tiempo aparece el resto de mi familia por toda la casa.

—¡Carajo! —dije exasperada mientras lo veía partirse de risa.

—¡Feliz cumpleaños! —gritó mi padre desde la cocina, apareciendo junto con mamá.

—Este iba a ser el último festejo de cumpleaños. —digo aturdida, —no debieron asustarme así.

Mi madre Maddie se acerca a abrazarme con una sonrisa. Estaba cansada de haber estado casi todo el día en la Universidad y llegar y ver esta sorpresa es algo desconcertante y agotador.

Blair, Allen, y Melissa se reían de mi al ver mi cara de susto, les saque el dedo corazón mientras mamá no me veía.

—¡Ya estas gigante! —comentó Allen.

—Si para ti 1,60 es estar gigante... —sigue Ari.

—1,66 para tú información. —le conteste.

—¡Felicidades preciosa! —dice Blair abrazándome.

—Las felicidades deben ir con regalo incluido, Blair como siempre de tacaña. —dice Melissa dándole un pequeño empujón para abrazarme, —Fe-li-ci-da-des.

Me dio cinco regalos, cinco relojes diferentes. —Muchas gracias, al parecer mi tía Mel fue la única en entender el concepto.

Hace un mohín de "descuida" —No fue para tanto, solo cinco relojes de la mejor marca del mundo, firmados por las mismísimas Jenner.

Mi madre rodó los ojos, —No todo es lo material.

—Básicamente de eso vivimos. —dije

—Pero no es demasiado importante.

—Sino lo fuera la gente no se interesaría mucho en ello. —acota Melissa, dándome los cinco.

—Bueno, es hora de partir el pastel. —dice Arti.

—No tengo hambre.

Mi padre me mira con cierta preocupación, —¿Pasa algo, hija?

—No, es solo que la universidad me tiene algo estresada.

Por cada melodia un arte #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora