Capitulo 3

22 2 0
                                    

Camila Felton.

—No entiendo, el boleto era para ver a Taylor Swift tocar. No a los estúpidos de los titans.—dije algo molesta.

—Ya amor, cálmate. —dice Danny, —Mira, ¿Qué te parece? Cena tu y yo, esta noche.

—Ya cenamos, Danny. —le hago un puchero.

Ella se río, —Mi amor, me refería a un buen restaurante, velas, flores... Cama quizá.

Me toma de las mejillas, —No creo necesaria la cama, sobre la mesa me parece mejor.

—Bueno, como quieras, pero está noche no puedes estar triste.

—Ya, no lo voy a estar.

Comenzamos a caminar hasta su auto, cuando de repente vimos a una motocicleta pasar repentinamente por el callejón, casi me voy para atrás sino es por Danny que me agarra. —Vamos, sube.

—¿Y si aprovechamos y que nos den una compensación de licor y nos quedamos en el bar VIP del concierto?

Se apoya en el auto, —Pensé que esta noche sería para los dos.

—Y lo será Dan, pero es que pienso en mis padres y debieron haber gastado mucho dinero en esos tiquetes.. Para que sea un fraude ahora...

Me alza y me hace girar, —Esta bien, vamos.

Se pone su chaqueta de smokin, y nos escabullimos entre la gente para ingresar al bar VIP, pero hay un grandulon en la entrada que arruina nuestra escabullida, pero en vano no va a quedar. —Déjanos pasar. —dije.

—No.

—Mi novia tiene una enfermedad terminal y lo que mas desea es conocer a los Titans.

Danny me mira con los ojos abiertos él suspira, —¿Qué papel médico lo dice?

—Es higiénico pero igual cuenta para que te limpies el trasero idiota. —gruñi.

—Eh.. Disculpe, aquí están las entradas. —Danny le enseña nuestros boletos VIP del concierto y nos deja entrar,—fácil.

—Quería hacer drama, Dan.

El lugar estaba merodeado por algunas personas, un bar a mano derecha que estaba siendo atendido por un chico castaño. Tenía mucha habilidad para preparar los tragos, se veía. —¿Vas a tomar algo? —me preguntó Dan en cuanto puse mi nalga sobre el taburete frío.

—No lo sé, voy a pensar.

—Estaré por aquí entonces. —dice antes de despedirse con un beso. —Me encantas.

—Me fascinas.

Ambas sonreímos hasta que la vi alejarse. Pedí una piña colada, no de hecho fueron 3, hasta que me percaté que el escándalo del concierto había cesado ¿Cómo? El bar se había llenado.

Eructe y comencé a reír.

Alcé la mano para pedir otra pero un chico muy simpático se me adelantó.

—Quiero una piña colada. —dijo con un tono de voz tan ronco que me estremeció.

—Las piñas coladas me pertenecen. —le dije algo molesta, quizá era mas mi rabia porque no vi a Taylor y quería desquitarme con alguien.

El chico era rubio, ojos negros, se veía que no hacía tanto ejercicio pero músculos fornidos si se presenciaban. Tenía una camiseta de los titans, Dios, otro estúpido fanático.

—¿Cuándo compraste el bar que no lo supe? —contestó con desdén.

Lo imite, —Cindi cimpristi il bir qui ni li sipi. Idiotas, no sé qué les ven.

Por cada melodia un arte #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora