Capitulo 24

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Camille.

Jev y yo decidimos ir a un restaurante de comida asiática, en el que podías utilizar pinturas para dibujar, yo intento retractarlo mientras ingiere postres que parecían sushi, él intentaba ver su retracto sin embargo entre risas lo cubría.

—Espera a que este listo. —lo regaño, con una sonrisa.

—¿Esa pintura también la venderás? —arquea una ceja divertido, yo me sonrojo.

—No debí decirte nada.

—Es el detalle mas bonito que han hecho por mí, quisiera ver esas pinturas.

Relamo mis labios, pensativa—Pues un museo de acá cerca las ha adquirido podemos ir a verlas cuando regresemos de la boda.

—Me parece bien, y así me fotografiare con ellas, dibujas hermoso. —alude, mientras me estira un rollo de canela y lo recibo en mi boca.

—Debería decir lo mismo, pero la verdad tienes talento para escribir. Ese álbum que escribiste sobre mi vas a tener que dármelo. —advertí mientras lo señalaba con un palillo relleno, él le da un mordisco y protesto.

Él mira con el ceño fruncido hacía el ventanal que nos separa de la calle, le sigo la mirada, —¿Qué se supone que es?

—Una casa de antigüedades, ¿Y si vamos a mirar? —pregunta con un atisbo de curiosidad, —Seguro conseguimos algo útil.

—No quisiera tener algo embrujado, gracias. —negué mientras retocaba partes de su cara con el lienzo.

—Las cosas embrujadas son cheveres.

Lo miré como si estuviera loco, —Claro, si quieres morir sin dolor.

—¿Has tenido alguna experiencia paranormal? —pregunta, intentando echar un vistazo al cuadro. Le miro con advertencia y levanta sus manos en rendición.

—Si, cuando estábamos en la casa dejé un pastelillo en el mesón y al volver ya no estaba.

Él cierra los labios, ocultando una sonrisita, —Seguro no lo dejaste allí.

—Lo hice, o quizá una cucaracha fantasma se lo comió.

—Vale, que no se note que me quieres insultar porque me lo comí. —Jev relame su pulgar y lo pasa por la comisura de mi boca, la cuál entre abierta le muerde el dedo y suavemente comienzo a lamer la crema que retiro, sus ojos permanecen en mi movimiento, parece alterado. —te ves algo afectado porque chupe tu dedo, cómo no te verías si lo hiciera con tu pene.

El esboza una sonrisa, —Detente Camille.

—Qué raro no lo tengo en mi boca y ya me estas parando.

—Hablábamos de experiencias paranormales. —cambia de tema y yo me muerdo el labio.

—Pues acabo de presenciar como levanto cosas sin tocarlas, ¿Cuenta como experiencia paranormal?

Jev me mirá con los ojos entrecerrados, —Eres increíble..

Le di un sorbo a mi malteada de mora sonriendo para luego decir :

—Ya esta tu cuadro.

Al enseñarselo se mostró bastante sorprendido, —Qué bien me veo.

—El talento de mis manos lo hizo.

—El talento de mi cara preciosa lo hizo. Tú seguiste ello. —bromea y le golpeó el brazo de manera juguetona, —Me lo quedaré.

—Pensaba ganar dinero con él, ¿Estas seguro?

Por cada melodia un arte #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora