Capitulo 2

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Alaia

Por fin terminé este informe que me costó siete tazas de café y dormir tan solo dos horas. El causante de esto es el Dr. Wilson, un profesor bastante amigable, aunque sus trabajos no lo son tanto.

Él piensa que como nosotros somos más jóvenes, debemos aprovechar nuestro tiempo para hacer cosas productivas y nada es más productivo que investigar; aún no puedo creer que esa fue su respuesta cuando dijimos que teníamos poco tiempo para realizar el trabajo.

Así que ahora corro con una carpeta amarilla y mi bolso por todo el campus para llegar a la conferencia de conservación marina. Una coleta alta, unos vaqueros color azul oscuro, mocasines negros, una blusa mostaza y unos pequeños mechones que se me pegan a los lados de la cara forman parte de mi carrera hasta el evento.

Muy diferente a los vestidos que suelo usar la mayor parte del tiempo.

Al llegar al auditorio veo que el lugar está lleno, la conferencia ya inició y no hay ningún asiento disponible, así que decido permanecer de pie y tomar apuntes.

Pasan alrededor de treinta minutos y todos los ponentes ya realizaron sus intervenciones, pero hay uno en especial que ha llamado mi atención, para mal, ya que en toda la conferencia no ha dejado de mirar su celular cada dos minutos ¡Pero qué falta de respeto!

Se supone que se iban a presentar los mejores biólogos marinos de la actualidad, expertos en el tema; sin embargo, lo que veo es un irrespetuoso descarado que no valora el tiempo que invirtieron los demás en preparar sus intervenciones, ni de los que estamos prestando atención a esta conferencia.

Empiezan a repartir unos papelitos de color blanco, indicando que podemos escribir cualquier duda que tengamos; decido preguntar aquello que me intriga desde que llegué y se lo entrego a uno de los chicos encargados de recogerlos. Mientras lo toma me pregunta cuál es mi nombre, se lo digo rápidamente por qué ahora mi atención está en el asiento de la primera fila que acaban de desocupar.

Voy rápidamente a sentarme antes de que me lo ganen, olvidándome completamente de preguntar al hombre ¿por qué quería saber mi nombre?

Vaya error.

Mientras tomo asiento empiezan a decir las preguntas por el micrófono y me percato que están diciendo el nombre de quien las realizó, es ahí cuando me doy cuenta de que ¡No son anónimas!

El encargado de leer es el Dr. Adrián Walker, decano de la facultad de ciencias del mar, continúa hablando por el micrófono hasta que sus facciones pasan de neutras a asombradas y levemente divertidas por unos segundos, no hay que tener más de dos dedos de frente para saber qué se trata de mi papel.

—Aquí tenemos una pregunta bastante interesante realizada por Alaia Miller, dice exactamente así —pronuncia con el rostro serio y las cejas profundamente fruncidas, pero en su mirada se nota que está intentando no reírse —¿Por qué es tan irrespetuoso, descarado e insolente y no puede dejar el teléfono en la mesa por más de dos minutos? 

El murmullo de las personas con comentarios de estilo ¿Quién realizó esa pregunta? ¿Quién es Alaia? ¿Será que la expulsan?, se escuchan por toda la sala. Al parecer, mientras no sepan que soy yo, no hay problema.

Decido hacerme la desentendida y mover la cabeza como si también buscara al responsable, como todos los demás lo hacen, pero no contaba con que el decano se dirigiera directamente a mí.

—Señorita Miller, díganos ¿A quién va dirigida esta pregunta? —interroga señalándome con su mano izquierda y después realiza el mismo gesto hacia los tres ponentes que se encuentran en la mesa principal.

CORAZON DE ARRECIFE PRÓXIMAMENTE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora