CORAZON DE ARRECIFE PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO

Capítulo 7

Demian

Ver el follaje ligeramente anaranjado de las hojas, sentir la brisa que acaricia mis mejillas y el sonido de algunas hojas que caen es la clara señal de que el otoño ha llegado a Australia. Es mi estación favorita del año, pero lo que la hace perfecta son las caminatas que se pueden hacer en los parques.

Mientras mis pasos avanzan por el amplio camino que está entre varios árboles sostengo mi vaso de café y dando ligeros sorbos pienso cómo ha cambiado mi vida en este tiempo. Ya son tres meses desde que empecé a dar clases en la universidad, no voy a negar que los primeros días estuve nervioso, pero conforme pasaba el tiempo me fui relajando y pude disfrutar más de esta nueva etapa.

Como docente, puedo ver que algunos estudiantes demuestran que no quieren estudiar esta maestría y por lo que ellos mismo me supieron decir cuando les pregunté personalmente ¿Por qué siguen estudiando esto si no les gusta?, respondieron que lo hacen por la presión de personas que intentan cumplir sus sueños frustrados a través de ellos.

Al cuestionarles ¿Qué es realmente lo que quisieran hacer?, dieron un sin número de respuestas, pero ninguna se relacionaba con la biología marina. Así que les aconsejé construir un activo, ya sea un negocio pequeño o algo que les genere ingresos económicos, pero sin necesidad que ellos estén siempre presentes y de esta forma podrán enfocarse en sus sueños sin tener la presión de conseguir dinero.

Ahora están los alumnos intermedios, estos son la mayoría, a estas personas si les gusta esta materia, pero no al extremo de ponerse mega felices y apasionados, digamos que no les entristece, pero tampoco lo ven como un estilo de vida, pero están bien con ello.

Por último están los apasionados, son aquellos que hacen lo que sea por asistir a cada clase, presentan trabajos perfectamente elaborados, no se conforman con la información que se les da en las aulas, sino que buscan más allá de lo que se les enseña en la universidad.

Estos estudiantes son los que me motivan a seguir enseñando, solo hay una estudiante que es así, que cuando me comparte sus puntos de vista en clase suelen terminan siendo un debate y enfrentamiento de miradas entre ella y yo, esos momentos son mis favoritos.

—Lo siento mucho, venía distraída. ¿Está bien?

Por supuesto, esa estudiante apasionada tenía que ser Alaia Miller.

La misma que ahora me mira con esos ojos cafés que reflejan la vergüenza que siente al darse cuenta de que acaba de chocar conmigo y provocó que se derrame un poco de café en mi abrigo. El sonrojo en sus mejillas hace que sus labios rosados combinen con el nerviosismo que siente por la situación en la que nos encontramos.

Nuestra relación ha sido algo tensa desde la fiesta de cumpleaños de mi sobrino, esa noche no podía dejar que se vaya sola a pesar de que había rechazado mi ofrecimiento, así que le pedí a Samanta que llame un taxi, como si fuera idea de ella, sabía que Alaia no se lo iba a rechazar; justo como lo predije minutos más tarde la vi marcharse en el vehículo. Desde ese instante solo hablamos en el salón de clase y nos saludamos educadamente cuando nos encontramos en algún lugar, a pesar de que nuestras miradas se buscan cuando uno de los dos finge no darse cuenta.

—Señorita Miller, ¿algún día vamos a tener un encuentro normal? —pregunto al notar que no sale del asombro.

—Lamento haber manchado su abrigo, es que venía caminando por el parque hasta que me di cuenta de que unos hombres empezaron a seguirme, supongo que para robarme, así que me asuste, entonces empecé a caminar más rápido, por lo que salí chocando con usted —responde rápido y agitada.

Es ahí cuando noto que no es solamente vergüenza lo que siente, sino también medio. Me molesta saber el motivo por el que estaba asustada, pero mi enojo no es con ella, sino con los tipos que la pusieron en una situación que la hace sentir insegura.