43- Cambios

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-Elliot, deja de saltar en la cama...- Louis bufó por octava vez dirigiéndose a su hermano.

La casa era un completo desastre. Cajas y cajas llenaban la sala y las habitaciones, haciendo que incluso se hiciera difícil desplazarse por el lugar.

El castaño llevaba la mañana entera intentando terminar de empacar de manera ordenada las decenas de cajas de juguetes de Elliot, los cuales eran regalos que Harry le daba casi a diario y sin motivo alguno.

Se sentía un poco mal humorado la verdad, y es que todo había ocurrido demasiado rápido, y se sentía bastante abandonado en la difícil labor de ordenar todo el enorme departamento.

-Harry...- Louis gruñó entre dientes hacia el rizado, quien se encontraba sumido en la pantalla de su móvil sin prestar ninguna atención a su entorno.

No tuvo ningún tipo de respuesta, y un pesado suspiro se escapó de sus labios antes de gritar.

-¡Harry!-

-¿Mmh?- El rizado respondió mostrándose totalmente ajeno al estrés de su novio, y también a todo el alboroto de la casa. -Amor, ¿Qué ocurre?.-

-Podrías por favor soltar ese maldito teléfono por cinco minutos y ayudarme en algo...- Louis mencionó con el ceño fruncido. -Al menos controla a Elliot, y bájalo de nuestra cama antes de que se parta la cabeza.-

Harry asintió rápidamente, y sin mencionar palabra alguna se acercó al pequeño, y le tendió sus brazos.

-Ven aquí cariño...- El ojiverde tomó a Elliot entre sus brazos, y lo cargó para llevarlo apresuradamente a la sala. -Ven vamos a ver televisión antes de que te rompas la cabeza, y Louis me la termine rompiendo a mi...-

Harry y Elliot soltaron una risita cómplice y salieron rápidamente de la habitación. Louis volvió a suspirar al encontrarse solo, y sin saber por dónde comenzar a guardar las incontables figuras de acción de su hermano, se sentó en el suelo con la mirada perdida.

Había pasado una semana completa desde que Harry había descubierto la verdad acerca del abuso que Erick cometía sobre él, por orden expresa de su padre. Una semana desde que un Harry completamente roto le había rogado a Louis desistir de los planes de denunciar a su padre, y en vez de eso, le sugería irse juntos lo más lejos posible de Desmond Styles.

Louis no lo había dudado, estaba tan completa y profundamente enamorado de el ojiverde, y le dolía tanto su dolor y su angustia, que había aceptado irse junto a él y su pequeño hermano. Su prioridad siempre serían su hermano, y por supuesto Harry, y no tenía miedo de demostrarlo.

Sin embargo, no podía evitar sentirse algo y extraño y también un poco agobiado en este punto, y es que Harry al día siguiente de su charla había puesto en venta su departamento, y solo en un par de días más, ya tenía un comprador.

Todo estaba sucediendo demasiado rápido, y Louis no podía dejar de sentirse algo descolocado. Harry estaba actuando realmente extraño en los últimos días; el castaño lo sentía ausente, y había comenzado a beber por las noches.

Louis intentaba ser comprensible, porque claramente entendía que todo lo que Harry había descubierto era un golpe muy duro para él. En una situación así, muchas pueden ser las reacciones, y era normal pensar que Harry sintiera angustia, dolor y miedo, y no supiera la manera de expresarlos de una forma más sana.

Eso creía Louis, y por ello intentaba ser un buen novio y estar a la altura de la situación. No obstante, una mudanza requería mucho trabajo, y todo el esfuerzo y el estrés de ello, estaba solo recayendo sobre sus hombros.

Harry por su parte pasaba todo el día frente al teléfono, entre llamadas y mensajes, y un ceño fruncido y una mueca de angustia, estaba totalmente ausente al caos que había en casa, y parecía incluso querer evitar a Louis.

¿Cómo conquistar a un virgen en la primera cita? || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora