21- El Acompañante

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Louis realmente sintió que había dormido una semana entera. Después del momento tan mágico que vivió tomando a Harry por primera vez, tomó la que parecía también la mejor siesta de su vida.

Fueron más de tres horas las que permanecieron abrazados y envueltos entre las sábanas blancas de la cama del mayor. Despertaron casi simultáneamente, con una dulce emoción en su pecho, y una tierna sonrisa en sus labios. A simple vista parecía que ninguno quería salir de la cama, porque ajenos al intenso frío del exterior, ellos parecían querer conservar y prolongar por la mayor cantidad de tiempo, aquella sensación cálida que los reconfortaba.

Solo se pusieron de pie cuando el irascible apetito de Louis lo obligó a hacerlo. Extrañamente Harry no se ofreció para preparar nada, ya que aparentemente su necesidad de estar pegado a la espalda del castaño era tan grande, que le impedía estar a más de dos pasos de distancia de éste.

Terminaron pidiendo comida rápida, la que acabaron rápidamente frente al televisor, solo para volver a acurrarse uno junto al otro en el sofá. Y eso fue todo lo que hicieron por largas horas, sin necesidad de hablar mucho; solo colmándose de su compañía.

-Por más que lo intentes, creo que es imposible que podamos estar más juntos de lo que ya estamos...- Louis mencionó soltando una simpática risilla, al sentir como Harry se volvía a acomodar, ahora quedando con la espalda del ojiazul sobre su pecho, mientras hundía su cabeza sobre el cuello y el hombro del menor.

-Solo déjame intentarlo...- Harry mencionó con voz grave y una hermosa sonrisa, mientras inhalaba profundamente para impregnarse con el aroma de Louis.

-Bien, solo asegúrate de dejarme un poco de aire para respirar...- El menor agregó en tono de broma, mientras giraba sutilmente su cabeza para dejar un pequeño beso cerca de la frente del ojiverde.

-No quiero que este sentimiento se acabe nunca...- Él rizado murmuró suavemente sobre el oído de Louis. No parecía haber una doble intención en sus palabras; su voz era profunda y se sentía tan sincera, que parecía que aquello era una confesión que se estaba haciendo para sí mismo.

-Eso... solo dependerá de los dos...- Louis respondió luego de un breve silencio, sintiendo nuevamente como Harry inhalaba sobre su cabeza.

Todo se sintió realmente tranquilo, y aunque Louis podía notar como Harry parecía comportarse de una manera más empalagosa y cercana, se sentía tranquilo y bastante complacido con eso.

¡Mierda!- La paz se rompió de pronto cuando Louis exclamó alarmado, poniéndose de pie de un brinco, tras ver el anuncio de la próxima película que se transmitiría en un canal de televisión.

-¿Qué pasa, Lou?- El mayor preguntó con confusión y miedo, imitando los movimientos de su novio al instante.

-Harry, Elliot sale de la escuela en veinte minutos... no sé como pude olvidarlo- El ojiazul exclamó mientras se dirigía a la habitación en busca de sus zapatillas y algo más de ropa.

En conclusión, habían estado tan insertos en su burbuja, que se olvidaron completamente del reloj y las responsabilidades. Louis se sentía fatal, pero Harry estuvo listo en un par de minutos, y condujo su camioneta de forma tan acelerada que llegaron a la escuela de Elliot justo a tiempo.

Cuando Harry detuvo la camioneta casi frente a la entrada de la escuela, se detuvo para mirar a Louis unos instantes, esperando que como siempre este se bajara casi corriendo del vehículo para ir por su hermano. Pero esta vez no sucedió aquello.

-¿Quieres acompañarme?- Harry no pudo ocultar su impresión al oír aquella pregunta que Louis formuló tímidamente.

Desde la primera vez que el rizado acompañó a dejar a Elliot a clases, y Louis le pidió con algo de nerviosismo que lo esperara dentro de la camioneta, Harry no había vuelto a mostrar intenciones de bajarse para acompañarlo hasta la puerta.

¿Cómo conquistar a un virgen en la primera cita? || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora