La densa niebla me impedía ver más allá de unos pocos pasos a mi alrededor. Corría y corría sin cesar deseando, suplicando que lo que fuera que andaba tras de mí, no me alcanzase. No había nadie a quien pedir ayuda, ni una sola alma en aquella oscura ciudad. ¿Dónde había ido todo el mundo? Seguí corriendo hasta que... Un muro al frente. Paredes de ladrillo a cada lado y varios grandes contenedores bloqueaban mi paso. Me escondí entre los contenedores, agachándome, apoyándome contra la pared, con una mano a cada lado de mi cabeza, escondiendo el rostro entre mis temblorosas rodillas. Tal vez allí no me encontraría. Estaba todo tan oscuro que a penas era capaz de ver mis propias manos, tal vez también por las lágrimas que no paraban de caer de mis ojos, volviendo borrosa mi mirada. "No hagas ruido. Por favor, corazón, deja de latir tan fuerte". Me repetía una y otra vez. El miedo se apoderaba de mi y sentía gran frustración e impotencia al empezar a mentalizarme de que, seguramente, esos serían mis últimos instantes con vida.
Ahí estaba de nuevo, aquel sonido chirriante de algo duro rascando las calles de piedra. Retumbaba en mis oídos y se adentraba a lo más profundo de mi ser. Cuanto más cerca estaba más sonidos se le sumaban. Un suave canto, tan dulce como lúgubre parecía ser mi réquiem. Aun así, yo... Quería creer que aquel pequeño rincón, mi escondite, sería mi salvación. Pensé en esconderme mejor, dentro de alguno de los contenedores, por lo que apoyé mis manos en el suelo para levantarme cuando, sentí como estas se humedecían. ¿Agua? Hacía días que no llovía. Me acerqué la mano derecha al rostro para comprobar si sentía algún aroma y no podía creerlo, un intenso olor metálico. No. Debía ser mi imaginación. Una luz intensa alumbró de pronto aquel callejón, permitiéndome ver un sin fin de cadáveres apilados y unas paredes y suelos antaño marrones, teñidos del más intenso carmín. Empecé a temblar de forma incontrolable, sintiendo como un doloroso nudo se aferraba a mi garganta. Poco a poco giré mi rostro al origen de tan intensa luz y vislumbré lo que tanto temía.
Sus brillantes ojos blancos dejaban ver una gran figura de tal vez dos metros de alto, parecía casi humano... Si no fuera por aquella gran boca plagada de varias filas de puntiagudos dientes que la poblaban. Desprendía un hedor nauseabundo. Ladeó la cabeza hacia la izquierda lentamente mientras me observaba y seguía con su canción. No podía seguir mirando su rostro sin sentir todo el peso de la muerte sobre mi, por lo que rápidamente baje la mirada para encontrarme con unos pies de largos dedos y afiladas garras que arañaban el suelo sobre el que pisaba.
-No quiero... Morir... No quiero... No... ¡No quiero morir!
Empecé a gritar sin cesar mientras la histeria se apoderaba por completo de mi persona.Me cargué de valor por última vez para mirar fijamente a la criatura y seguir gritando cuando... Se abalanzó sobre mí y ya no hubo más que oscuridad.
....
Abrí los ojos de golpe, con la respiración agitada y sudando. La cara empapada en lágrimas mientras me llevaba una mano al pecho, el cual parecía que iba a abrirse en dos para dejar salir a mi corazón. Miré a mi alrededor con suma confusión, tan solo para percatarme de que me encontraba en mi cama. ¿Había sido un sueño? Un gran alivio recorrió todo mi cuerpo en ese instante. Suspiré, me levanté dejando atrás la cama y con tranquilidad fui hasta la ventana para abrirla y respirar algo de aire fresco. Así lo hice y se sintió tan bien la brisa acariciando mi rostro. Cerré los ojos, tomé aire profundamente y exhalé para abrirlos de nuevo.
No. No era posible... No. No. No. No. No. No. No. Allí estaba, en un callejón oscuro entre los edificios que se encontraban frente a mi apartamento. Era esa criatura, la de mi sueño, esperando pacientemente el momento en el que la noche cayera y la ciudad se volviera fantasma. Podía escuchar su canción... Mi réquiem.

YOU ARE READING
Delirios de una lunática más
De TodoAquí pondré todo cuanto salga de mi mente, ya sean historias tremendamente cortas, como frases, versos o cualquier tontería que mi cerebro me pida escupir. Por ende puede contener desde cosas absurdas y humorísticas, hasta terror o sexo. {Imagen de...