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Día siete.

Millie se sentó en su jardín junto con su bebé, jugando con el pequeño pero también esperando a que esa persona de las cartas llegara.

Paso un buen rato y estaba por rendirse y meterse a su casa asta que vio a un chico acercarse con una carta en mano.

El castaño llegó asta su puerta.

Esto es para usted.- Dijo el chico, parecía de la edad de Millie

¿Pero de quién en realidad vienen las cartas? ¿acaso son de... Tí?.- Millie

No, no, no. Yo solo soy el cartero señorita Brown.- Chico

¿Y no puedes darme el nombre de el escritor?.- Millie

Obviamente no pero le diré su nombre. Pero soy Noah Schnapp, su cartero personal.- Dijo el chico entregándole la carta a Millie y retirándose sin más.

-No me la dejaras fácil ¿verdad?.- Millie

Y es que Millie ya comenzaba a sentir mariposas en el estómago, ruborizarse por cada palabra y estar tan feliz.

Abrió la carta que Noah le había entregado para leerla.

" No soy tan fácil de descubrir, querida.

Pero tuve que esperar un rato y ver qué no te irías de tu jardín y ya debes conocer a tú cartero personal, Noah Schnapp por si es que el tonto olvidó decir su nombre y sí no es así entonces por fin se aprende algo.

Pero me encantó la espera, pude verte de una manera muy linda y cabe resaltar que sensual, en tú jardín. Con el pequeñin que siempre llevas en brazos, quisiera ayudarte a cuidarlo pero no puedo... Tendrás que esperar algo más...".

Una Carta Por Una SonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora