Al abrir la puerta escuché la voz molesta de Eli y fruncí el ceño.
—¿Para mí o para ti? —Dijo Eli cansado, no me moví de mi lugar en la puerta principal hasta que escuché un portazo, seguramente del cuarto del más joven.
—Definitivamente para mí —Las palabras de Derek me hicieron entrar tensa, lo cual notó al instante— Hola cariño.
—¿Por qué estaban discutiendo? ¿Es por lo que yo creo? —Dije dejando mis cosas en el sofá, él se mantuvo tenso en su sitio sabiendo que estaba por sacar mi lado te amo pero si me tocas, te mato.
—Quiero lo mejor para todos —Dijo suspirando, bufé enojada.
—Y yo quiero que dejes de presionar a Eli, el cambio pasará cuando deba pasar ¿No se te ha ocurrido que presionarlo no ayuda? ¿O en cómo se siente él? Quizás Eli tenga razón, quizás exista una mínima posibilidad de que él no sea un hombre lobo. Deja de intentar ser un alfa ayudando a los miembros de la manada y se un padre que apoya a su hijo ¿Puedes hacer eso o es muy díficil para ti, Hale? —Hablaba con firmeza y los brazos cruzados, intentando parecer una figura de autoridad pero era dos cabezas más baja que él y vestía un vestido de flores que solo me daba un aspecto tierno. Sin embargo, cada una de mis palabras fueron ciertas, estaba harta de las discusiones por el mismo tema pero no sabía que hacer, quería entender a Derek pero como una simple humana solo podía hacerme una idea de lo que significaba para él.
—Tienes razón, lo siento —Dijo avanzando cuidadosamente hacia mi, desde que éramos amigos fui dura con él si la situación lo ameritaba pero con el embarazo me volví débil ante él, claro que esa debilidad desaparece cuando se trata de Eli. Lo defendería de Derek y de quién tuviera que hacerlo, no lo llevé en mi vientre pero lo amaba como si lo hubiese concebido.
Cuando estuve en los brazos de mi esposo negué con la cabeza.
—Debes disculparte con él, no conmigo —Derek sonrió mirando hacia el pasillo brevemente antes de dirigir su mirada hacia mi.
—Eres una gran madre ¿Lo sabías? —Besó mis labios y sonreí— Y una gran esposa.
—Lo sé, cariño y si no te disculpas con nuestro hijo, dormirás en el sillón —Dí unas palmaditas en su hombro alejándome, sonreí triunfante. Si había algo que Derek odiaba, era dormir lejos de mi, pasamos por muchas cosas y usar su miedo contra él no era justo pero también era efectivo.
—Pequeño bebé Hale, cuando nazcas espero que estés de mi lado porque dos contra uno es una gran injusticia —Le habló a mi vientre y yo reí.
—De esa manera expresamos que te amamos —Suspiró rendido y lo abracé.
—Iré a disculparme con él.
—Prepararé unos bocadillos —Ambos nos separamos para realizar los asuntos pendientes. Un par de minutos después cuando me encontraba en la cocina picando algunos trozos de fruta Derek apareció con los brazos cruzados, dejé de lado el cuchillo y levanté las cejas— ¿Qué pasó?
—Escapó por la ventana.
—Amo nuestra familia —Reí volviendo a picar fruta, Eli no se metería en problemas y si lo hacía sabía que no sería nada grave, más que nada algo para enfurecer a Derek y lo tenía completamente merecido.
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