Estaba acostada en una de las habitaciones de la casa de John B, se supone que debería estar durmiendo pero la música de la fiesta estaba demasiado alta y si bien era una amargada, respetaba este tipo de situaciones. La puerta fue abierta con suavidad y JJ avanzó con una sonrisa, sentándose la cama para acariciar mi pierna descubierta.
—Asi que la princesa aún está despierta ¿La música está demasiado fuerte? —Asentí abrazando la almohada, que me fue arrebatada enseguida— Oye, nena, solo puedes abrazarme, a ninguna otra cosa o persona.
—Cariño, estoy cansada y mañana tengo una prueba, necesito dormir —Su mano subía por mi pierna haciendo que el aire se quedara en mis pulmones. Él rió sabiendo el efecto que tenía en mi.
—Yo me encargo, nena. Vengo en unos segundos —Dejo un beso en mi mejilla y salió de la habitación. Pude escuchar como le gritaba a todos, dando órdenes y el volumen de la música bajó, JJ volvió después— ¿Mejor?.
—Mejor, guapo.
—Duerme, te haré compañía en un rato —Ya no tenía sueño, su manoseo despertó algo en mi— Conozco esa expresión sin embargo debes descansar.
—Dejarme excitada es algo cruel —Me queje y su risa alegro mi corazón, tocó la sábana, luego de tocarme el trasero y los senos descaradamente, me cubrió por completo y se fue.
—Descansa, amor —Y así me dejó sola.
Transcurrió media hora desde que JJ se fue, perdí completamente el sueño, así que, aproveche el tiempo para estudiar. Reprobar no era un gusto que me pudiera dar, básicamente estaba en la misma posición que Pope y no quería decepcionar a mi madre porque siempre fui consciente de los sacrificios que tuvo que hacer por mi bienestar.
—Gran parte del tiempo quiero arrastrarte a la cama para follarte pero otras solo quiero que duermas, necesito que descanses —La voz del rubio me sacó de los pensamientos y remordimientos, le dedique una corta sonrisa, viendo como se ponía de posicionaba frente a mi— Te amo y te necesito bien. Deja de quemarte la cabeza y sacrificarte por los demás todo el tiempo, no es bueno, tomate un momento para ti.
—Teng...
—Me importa un carajo si tienes que estudiar, vamos a la cama a dormir —Me levantó por las piernas, llevándome a la cama como un saco de papas— Muchas veces he hablado de la vida que me gustaría tener luego de salir de aquí, sin embargo, sé que no quieres lo mismo y ¿Sabes qué? Eso da igual porque mi hogar es donde tú estés, por lo tanto, si vas al fin del mundo, yo iré contigo si así lo deseas.
—Eso me gustaría, quizás después de la graduación pueda trabajar en cualquier lugar sin salir de casa —Rei suavemente mientras él lo hizo escandalosamente.
—Por eso amo tu elección de carrera y tu futuro trabajo, podremos ir a donde queramos sin que nadie nos detenga —Dijo con gran felicidad, que logró contagiarme.
—Si apruebo los exámenes.
—Oh, cállate, ambos sabemos que lo lograrás.
Años después.
Llegué de un agotador viaje de negocios, por suerte ese tipo de viajes sucedían pocas veces, lo cual agradecía. Deje mis cosas en la sala, para luego salir a la parte trasera de la casa que daba a la playa, ahí estaba JJ, frente a una fogata sin percatarse de mi llegada.
—¿En qué piensas? —Saltó en su lugar por el susto, la sonrisa en su rostro desapareció mientras yo reía.
—Un día de estos vas a matarme, mujer. Lo digo en serio —Después de todo el drama palmeó sus piernas y claramente no perdí la oportunidad aunque pocas veces lo pedía porque cada vez que podía me sentaba en su regazo. Quite la gorra de su cabeza para acariciar su cabello.
—¿En qué pensabas? —Volvi a preguntar.
—Nunca pensé que llegaríamos tan lejos, por mucho tiempo pensé que quizás era solo un amor adolescente y que al terminar la secundaria cada quién tomaría su camino pero nuestro amor siempre ha sido más grande que todas las dificultades y más grande del que todos imaginamos. Henos aquí, enamorados igual o más que el primer día, viviendo felices —Miraba el fuego mientras expresaba sus sentimientos, se sentía avergonzado por abrirse conmigo aún después de tantos años de relación pero no cambiaría nada de él— Me siento orgulloso de ti, de todo lo que haz logrado, siempre estaré aquí, dispuesto a arrodillarme frente a ti para festejar tus logros, tu grandeza y mi eterna admiración por ti.
—Odio verte arrodillado frente a mi —Dije arrugando la nariz.
—Claro, tampoco te gusta verme de rodillas cuando tengo mi lengua y mis dedos den... —Un comentario como ese jamás faltaba, con el paso de los años yo aún me avergonzaba.
—¡JJ!.
—¿Qué? ¡Es verdad! También me gusta cuando te pones de rodillas para chupar mi polla —Me levanté de su regazo casi corriendo.
—Iré a desempacar —Dije caminando rápido.
—¡Te amo! —Definitivamente yo también lo amaba.
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