Capítulo 4/"Embelazado en terror"

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Harry Brown:

El terror que reflejan los ojos de Kristell me agobiaban en gran manera solo de imaginarnos correr ante nada.

¿Por qué está tan asustada? No es que nos fueran a atrapar. Tampoco viene nadie detrás de nosotros.

—¡Más rápido! —Me pide por cuarta vez, pero, a diferencia de ella, que parece estar super en forma... mis pies no dan más y el oxígeno ni intenta llegar a mis pulmones.

—No puedo más. —Acepté sin detenerme y ella tiró de mi, hasta doblar la esquina y después de avanzar dos casas; me empujó a un callejón sin salida, muy pequeñito y estrecho.—¿Qué haces?

Cubrió mi boca con mucha fuerza, utilizando sus manos y dirigió la vista a la calle.

¿Qué hace? ¿Qué pasa?

Por un segundo me quedé embelesado con la luna reflejada desde sus ojos aterrados. Y
terminé por distraerme al sentir su cuerpo temblar mientras me sigue sosteniendo con
precisión.

¡Es tan bonita!

Mis ojos se dirigieron a la calle al oír unos pasos aproximarse en nuestra dirección a toda velocidad y casi caigo al suelo de la impresión. Miré a Kristell esperando nuestras muertes y ella se acercó a mi oído para susurrarme tan bajo que tuve que hacer un enorme esfuerzo para entender un simple "No respires"

No entiendo porque me pidió esto. De hecho, iNo entiendo nada! ¿Qué esta pasado aquí?

Aguanté todo el aire que pude en mis pulmones, ayudándome con su mano sobre mi cara y dirigí nuevamente la vista a la calle.

Los pasos cada vez se sentían más cerca en el silencio de la madrugada. Hasta que de pronto, sin más, una sombra pasó a toda velocidad sin permitirme ver quien era lo que al parecer si venía detrás de nosotros.

Miré a Kristell y el miedo en sus ojos me dijo muchísimo, pero a la vez nada.

¿Qué ha acabado de pasar? ¿Quién nos perseguía?

Después de unos minutos de espera para comprobar si realmente la persona se habia ido, Kristell comenzó a separarse de mi poco a poco.

—¿Que fue eso?—A pesar de haber respirado tiempo atrás, no pude evitar tomar fuertes
bocanadas de aire y esforzarme por calmar mi acelerado corazón y el temblor en las manos.

—No tengo idea.—Despacio, comenzó a salir de el callejón y una vez estuvo afuera, alguien impactó contra ella.

¡Maldición!

—¿Estas bien?—La persona rápidamente se acercó en su dirección y yo también hice lo mismo. Sobre todo, porque me preocupa su estado y no quiero que este al lado de un desconocido.

La vos ni le salía y me sentí culpable por no salir junto con ella para comprobar.

—Madre mia, soy un tonto. Estaba...Bueno yo... es que...

—¡Procura que mi novia esté bien!—Bramé y Kristell pareció estar nuevamente bien y terminó por pararse por si sola.

¿Mi novia? ¿En serio dije eso?

—¿Tu...—Cambió su vista a la chica— ¿Es tu novio Kris?

Lo que faltaba, se conocen.

—¿iQue no me oiste!?—Respondí antes que ella y pase el brazo sobre sus hombros con
delicadeza—¿Y tu quién eres?

—Lay... bueno, Lilio. Pero todos me dicen Lay. —Sonrió y se inclinó para recoger su bolso y unas flores que se le habian caído al suelo—Soy el cartero. Si le importaras tanto a alguien como para escribirte, lo sabrias. —Una sonrisa amenazó en aparecer por los labios de Kristell y me sentí un poco tonto. El le extendió una de las rosas que traía y ella le asintió en agradecimiento. —¿Necesitas un taxi para ir al hospital?.

—No, no, gracias—Ambos la miramos no muy convencidos—Solo fue uno de esos golpes que te dejan sin aire—Lilio intento reír un poco más, pero al ver mi cara decidió sabiamente eliminar
esa idea —Además, ya es un poco tarde y tenemos que irnos. Muchas gracias por la flor.

—Y por el golpe.—Agregué haciendo que Kristell me fulminara con la mirada.

—En fin... perdona a mi amigo.—Me señaló un momento para poner después los ojos en blanco.

—¿No que era tu novio?

¡¿Por que no se calla y se acaba de largar?!

—Un poco de ambos.—Orgulloso por la idea, la miré y la sonrisa que había creado se
transformo en una mueca al notar lo que habia dicho sin pensar. —Que tengas una linda noche Lay. —Apretó los dientes un poco incómoda y le guiñé un ojo al chico.

—La tendré, pero no será hoy. Me quedan varias entregas y no se si terminaré antes de que amanezca. —Comenzó a correr nuevamente. —BUENAS NOCHES,

—Al parecer nadie nos perseguia —Quise sonreir una vez estuvimos solos de nuevo, pero la idea de que alguien lo hubiera hecho seguía asustandome.

—¿Como es eso de que soy tu novia?

Uh, momento incómodo.

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