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Samuel golpea la puerta dos veces y continúa luchando con la cinta de su mochila de entrenamiento pensando que quizá pronto será momento de comprar una nueva como Carlos le sugirió antes. La puerta se abre y él mira, con total aturdimiento, al defensivo que está del otro lado. Sam mira alrededor, ladeando la cabeza.

- ¿Estamos en Nueva York? -Tyler sonríe y se hace a un lado.

-Pasa.

-Bueno, gracias- Sam entra con movimientos lentos y mira alrededor- Lucas sabe que estás aquí, ¿verdad?

-Está terminando de vestirse.

-Ay, diablos no me digas que llegué en un mal momento y ustedes dos-

- ¿Qué? ¡No!

- ¡Porque eso sería muy incómodo! Definitivamente no quiero saber si ustedes-

- ¡No es así!

- ¿Por qué diablos están gritando? -Lucas sale de su habitación con su ropa de entrenamiento mirándolos como si fueran dos locos por la calle.

-Fue Rivera. Rivera estaba gritando- dice Samuel, señalándolo. Tyler no responde quizá porque su rostro está ardiendo ante los comentarios del ala cerrada.

-Sí, bueno, como sea- continúa el mariscal sin comprender nada- vamos, no quiero llegar tarde.

Dentro del auto Tyler no tiene otra más que ir en el copiloto ya que Samuel prácticamente lo mete a la fuerza. Agradece que es un trayecto muy corto hasta la estación de trenes.

- ¿No hay moto hoy, Rivera? -pregunta Sam desde el asiento trasero.

-Evito los viajes en carretera después de...bueno, del accidente.

Los dedos de Lucas se tensan alrededor del volante. Todos habían escuchado sobre ese accidente, incluso él en su exilio auto impuesto había visto las noticias y estuvo a punto de volar para encontrar a Tyler en el hospital, pero decidió que era mejor quedarse donde estaba, escondido como un cobarde.
Se detiene junto a la estación sin saber cómo despedirse. ¿Qué podría decirle al chico que lo había sostenido cuando su vida se derrumbaba? Había llorado en sus brazos la noche anterior, un 'gracias' quizá no sería suficiente.

-Creo que...voy por una soda -Samuel se baja del auto y camina hacia la máquina expendedora. Tyler ríe bajito mientras lo observa.

-Gracias por dejarme quedar contigo- dice con esa sonrisa secreta en el rostro.

-Gracias...por estar ahí.

El 46 lo mira como si tuviera algo más qué decir, pero al final solo asiente y se despide. Lucas lo mira cuando se aleja del auto e intercambia unas palabras con Samuel antes de entrar a la estación. El ala cerrada ocupa su antiguo lugar en el copiloto y Navarro retoma el camino.

🌙

-No pierdes el tiempo ¿eh? -Seth lo mira de esa forma pícara que lo hace torcer el gesto.- ¿Nuestro pequeño Lucas tuvo acción anoche?

-Por enésima vez, no pasó nada entre nosotros- responde irritado.

-Parece difícil de creer- a su lado, Mateo está acomodando el balón para intentar un gol de campo- cada vez que miras a Rivera pones esa cara de que deseas que te ate a la cama y te lama el cuerpo entero.

Navarro y Seth lo miran con rostros perturbados, pero él ni siquiera lo nota. Se acomoda y toma una carrera para patear el balón que entra perfectamente entre los dos tubos.

-No necesitaba escuchar eso- dice Seth.

- ¿Dónde está Sam? -pregunta el mariscal desviando el tema.

Tiempo Fuera [Secuela Medio Tiempo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora