1.- Bromas Hirientes

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Estoy realmente muy emocionado.

Katsuki, Shoto y yo empezamos una relación hace un par de meses, y, estoy seguro que la relación será y es fantástica.

Aunque lo que si es que tomamos la decisión de mudarnos los tres a un apartamento, para poder fortificar nuestros lazos.

En este momento estoy llegando de un día algo pesado de la Universidad y mi empleo de medio tiempo.
Conozco el hecho de que Bakugou y Todoroki llegaron hace un rato de sus respectivos trabajos, ¿En qué trabajan? No lo sé, la verdad no me he tomado el tiempo de preguntar.

Saco las llaves de mi bolsillo y abro la puerta, entro y no hay nadie en la sala. Cierro la puerta tras de mi y dejo la mochila en el sofá, para luego estirarme, con la vana esperanza de que se desvanezca el dolor que me invade la espalda.

—¿Izu?—pregunta una voz desde otra habitación.

—Si, soy yo—respondo.

Shoto salio de una habitación y sonrió al verme.

—Ah, que bueno que llegaste, ¿Podrías preparar la cena? Yo tengo que ducharme y Kats esta durmiendo—me pide, haciendo un gesto como de ruego.

—Claro, ahora mismo la hago—accedo con una sonrisa.

—Gracias—dijo, se me acercó y planto un beso en mi frente.

—No hay de que.

Prendí la estufa y llene una tetera con agua, para luego colocarla a fuego alto para que no tardase demasiado.

Empecé a cortar algunos ingredientes para una receta que me enseño Fuyumi, y luego los vacié en un pequeño recipiente.

De repente mi teléfono sonó, indicando la llegada de un mensaje; fui hacia el y me recargue justo al lado de la tetera, de espaldas a la mesa para revisar el celular.

Tan distraído me quede, que no me detuve ni a ver el lugar donde posicionaba las partes del cuerpo, tocando por accidente el fuego con la piel desnuda.

Quemarme me causó tal dolor, que solté un grito y mandé prácticamente a volar el teléfono.

Me acerco rápidamente a la tarja, para abrir la llave de agua fría y refrescarme la quemadura.

Se escucharon un par de pasos caminando rápidamente.

—Midoriya, ¿Estas bien?

—Sí...no fue nada grave.

—Pues el grito de niña que escuchamos decía otra cosa.

—No grito como niña, Kacchan.

—Si, ajá. Lo que tu digas.

—¿Qué te paso?—me cuestiona Todoroki, acercándose.

—Solo olvide que estaba el fuego prendido y me recargue ahí por accidente; me queme, es todo.

Nos quedamos los tres en silencio, hasta que cerré la llave.

—Que estúpido y descuidado eres, ¿Cómo vas a olvidar que estas al lado de algo tan peligroso, idiota?—me preguntó Shoto, sorprendiendome, no solo por el tono brusco y tosco que uso, también por el unico factor de que lo dijo el.

Me quedo pensándolo.

Si...soy un completo idiota...¿Como puedo olvidar el fuego o de que estoy al lado del mismo? Si, eso fue muy estupido y descuidado.

—...Tienes la razón, no debería ser tan distraído—respondo forzando una diminuta sonrisa.

—¿Ya esta la cena?—pregunta, con una mirada neutral.

—En un momento más.

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Violencia en el noviazgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora