14.- Controlar

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Pasamos a la oficina abriendo la puerta de par en par. El director Nezu está sentado en su escritorio, mirando unos papeles. Levantó la vista al escuchar que entrabamos.

—Gracias por venir, Izuku Midoriya —me dice, mientras me dedica una sonrisa y reclinándose en su asiento—. Toma asiento, por favor.

Asiento y avanzo hasta terminar frente al escritorio y tiro de una silla para sentarme. Los nervios hacen que las manos me tiemblen un poco, pero logro controlarme cuando me siento y centro mi atención en el director delante de mi, no en Shoto y Todoroki, delante de la puerta  de entrada como si fueran guardias de seguridad o algo parecido.

—Bueno, la universidad ha revisado y considerado su solicitud —empieza a hablar el director después de un momento de silencio—. Aunque es un poco raro hacer ese tipo de trámites a mitad del año hemos decidido aceptarla, debido a que usted es un excelente alumno, y  sabemos que un cambio como este no le afectará —me dice Nezu, para luego extenderme un papel y una pluma—. Todo ya ha sido arreglado, lo único que hace falta es su firma para hacer oficial el cambio.

Yo miro perplejo el papel y la pluma que yacen frente a mi, ¿realice alguna petición de la que ya no me acuerde? No. Estoy seguro, o bueno, casi seguro de eso.

—Entiendo. Solo quisiera hacer una pregunta si se me permite, director.

—¿De que se trata?

—La verdad yo no recuerdo con exactitud haber hecho alguna solicitud, ¿podría recordarme para que es el trámite?—pregunto con cautela, mirando el papel delante mío.

—Claro que si —responde y empieza a buscar entre el papeleo de su escritorio, hasta encontrar un par de hojas, par de hojas que me ofrece.

Yo las agarro algo dubitativo y leo el texto de las hojas. Al leer el contenido no puedo evitar levantar una ceja ante la duda. No puede ser, yo no pedí esto. Si tuviera que apostar...

—¿Yo hice está petición?

—Así es —afirma—, tus compañeros aquí presentes vinieron a dejármela. Me aclararon que era de tu parte.

Y ahí está. Claro que yo no lo hice, ¿cuál habría sido el objetivo de solicitarlo? Volteo a ver a Katsuki y Shoto, que están en la puerta, ambos con una sonrisa enfermiza de suficiencia en el rostro.

Me vuelvo de nuevo hacia los papeles que tengo que firmar y le devuelvo a Nezu las hojas que me dio para que comprobará la dichosa petición. 

Para este punto, ya nada debería sorprenderme respecto a ellos, mucho menos afectarme. Entonces, ¿porqué lo hace?

—¿Y se puede cancelar?

Nezu ahora se ve confundido. —¿Cancelar? No, la verdad no lo creo, ¿porqué? ¿Cambiaste tu decisión o algo así? Porque si de verdad ya no quieres el cambio puedo volver a hacer el papeleo, aunque tardaré otro par de meses en hacerlo efectivo de nuevo. Ya sabes que cambiar de salones no es tan fácil...

Yo me quedo mirando los papeles a firmar y la pluma delante de mi, luego suspiro y niego con la cabeza.

—No hará falta, director —le digo y agarró la pluma, para luego firmar el papel.

Nezu me sonríe de nuevo y cuando acabo de firmar agarra los papeles y yo le devuelvo la pluma.

—¿Eso sería todo?

—Sí. Muchas gracias por venir, Midoriya.

—Gracias a usted por su tiempo —le respondo y me levantó de la silla—. ¿Cuándo puedo cambiarme de salón?

Violencia en el noviazgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora