Blitzø y Stolas tenían algo bueno. Una vez al mes, intercambiaban sexo por el grimorio, y eso era todo. Pero, todo eso cambia cuando Stolas descubre que va a poner un huevo, y muy pronto. Blitzø tiene muchas emociones sobre esto, pero sabe una cosa...
ℕ𝕠𝕥𝕒𝕤 𝕕𝕖 𝔸𝕤𝕙𝕀𝕟𝕋𝕙𝕖𝕎𝕚𝕟𝕕: Millie, Moxxie y Loona visitan al Huevito por primera vez. Con la ayuda de sus amigos, Blitzø puede procesar algunos sentimientos difíciles.
⚠️TW por ataques de ansiedad/síntomas de TEPT (Trastorno por estrés postraumático)⚠️
¡Muchas gracias por todos los comentarios increíblemente amables! ¡Lo aprecio sinceramente! La mayor parte del próximo capítulo ya está escrito, por lo que no debería tener que esperar demasiado para el siguiente. Será un capítulo de Stolitz muy dulce con un Blitzø más protector/cuidador.
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Blitzø se sentó acurrucado en el sofá del estudio con el huevo acunado en su regazo. Se mordía las uñas distraídamente, habían pasado unos cuarenta minutos desde su último mensaje al chat grupal, y trataba desesperadamente de distraerse mientras esperaba la llegada del grupo. Al final se conformó con ver una de las telenovelas de mierda de Stolas en el enorme televisor de pantalla plana -para el huevo, claro, no para él mismo, como si alguna vez él fuera a ver esa basura.
"Sabes, niño, este es uno de los programas favoritos de tu papi," le dijo Blitzø al huevo. Después de una pausa, continuó "Sí, lo sé, es simplemente terrible. Quiero decir, ¿en qué maldito mundo dejaría Gabriella todo para estar con Alejandro, solo él porque tenía un maldito resfriado? ¡Es ridículo!". Blitzø discutió con el huevo, y luego se sonrojó al darse cuenta de lo que estaba diciendo. "No es que eso sea lo que hice con Stolas. De todos modos, ¡es diferente! Stolas estaba embarazado-"
El sermón de Blitzø fue interrumpido por el sonido de un golpe en la puerta.
"Oh, caray, finalmente", suspiró Blitzø con alivio, levantándose del sofá con la mano en el portador del huevo. Si hubiera estado solo con mis pensamientos por otro maldito segundo-
Antes de que Blitzø pudiera siquiera salir del cuarto, otro miembro del personal, Almond, pasó corriendo junto a él hacia la puerta principal.
Blitzø lo llamó, "Oh, oye, espera -"
Almond se detuvo, volviéndose a mirar a Blitzø. "Oh, Señor Blitzø. ¡Hola! Yo voy por la puerta. Por favor, quédese y relájese, le traeré a nuestros invitados", ofreció. "Son sus empleados quienes están afuera, ¿correcto?"
"Y-y mi hija", dijo Blitzø.
"Ah, eso es maravilloso", dijo Almond con una sonrisa. "Loona, ¿verdad?"
"Sí, pero, ¿cómo supiste-"
"El Príncipe Stolas siempre habla de usted, y de sus empleados, con bastante frecuencia. Supongo que están aquí para conocer el huevo".
